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jueves, 31 de diciembre de 2020

Bad boys for life, los polis más «cool»

 


Los polis más colegas y más «cool» de los 90 han estado de vuelta en la cartelera en 2020, Bad Boys for life, tercera entrega de la saga iniciada por Michael Bay en 1994, estrenada en España como Dos policías rebeldes. De hecho, fue su debut en el largometraje tras una larga trayectoria de cortos y videoclips musicales. Esta vez, le toman el relevo los directores Adil El Arbi y Billal Fallah, bajo la producción nuevamente del equipo de Jerry Bruckheimer. En los créditos se puede ver que han incluido la presentación antigua en la que son Don Simpson y Jerry Bruckheimer los productores, que fueron ambos los responsables de la primera parte. Tras la muerte de Simpson durante la producción de La Roca, cuando sacaron la segunda película de Bad Boys, lo incluyeron también como homenaje, y ahora han hecho lo propio en esta tercera entrega.

El humor a costa de la edad de los personajes y del relevo generacional es previsible pero efectivo, y tanto Will Smith como Martin Lawrence siguen emanando carisma y transmitiendo buen rollo, fruto de la buena química entre ambos. Acción a raudales, tiros, explosiones, y una trama que remite al pasado del personaje de Will Smith, pero un pasado anterior incluso a la primera película, que la hace más interesante de lo que cabía esperar y le da un toque emocional al conjunto. Es por tanto, una secuela con cierto aire a precuela.

En fin, muy entretenida, muy fresca, muy trepidante, muy «cool».

Y con el buen rollo de esta reseña os deseo a todos un feliz Año Nuevo, un 2021 cargado de buen cine.


lunes, 21 de diciembre de 2020

Feliz Navidad 2020 a todos

Termina este año fuera de lo común, pero espero que pasemos todos unas felices Navidades y que 2021 venga cargado de buen cine para todos. ¡FELIZ NAVIDAD!

 

lunes, 19 de octubre de 2020

Diario de producción: un gif para 2021

 

laberinto almas
Hace tiempo que no publico algo relacionado con el diario de producción, pero es que con este 2020 tan atípico que estamos teniendo, muchos proyectos de mucha gente se han visto pospuestos, cancelados o estancados. Desde la presentación en 2019, mi intención era poder estrenar El laberinto de las almas en 2020, pero obviamente este año no ha podido ser. Vamos a ver si en 2021 este gif se puede hacer realidad.

Os recuerdo a continuación el tráiler de la película.


martes, 13 de octubre de 2020

Sobre las polémicas declaraciones de Alan Moore


Este pasado fin de semana se desató la polémica en Twitter por las declaraciones de Alan Moore, creador de cómics tan reconocidos como Watchmen o V de vendetta, en relación a cómo el cine de superhéroes ha arruinado la cultura. Muchos le han criticado por hablar así sin haber visto las películas y otros han dicho que un profesional del cómic como él, algo de criterio tendrá para dar sus opiniones en este campo. Yo también quería decir algo sobre ello, pero necesitaba más extensión que la que permite un tweet, así que he escrito este post para pronunciarme al respecto.

No creo que el cine de superhéroes en sí mismo haya arruinado la cultura, pero sí creo que el hecho de que los ejecutivos de los grandes estudios hayan apostado por ello como filón principal para las grandes producciones, sí lo está haciendo, porque están dejando a las primeras décadas del siglo XXI, huérfanas de iconos cinematográficos propios. Los superhéroes, tanto de Marvel como de DC, se están convirtiendo en la imagen más destacable del cine del nuevo milenio, pero no debemos olvidar que no son personajes propios de este milenio, sino que llevan más de 50 años en el imaginario colectivo, en la cultura popular, a través de los cómics. No son personajes nuevos, sino personajes de siempre adaptados al entorno cinematográfico y a la actualidad.

Otros iconos representativos del nuevo milenio como Harry Potter, Crepúsculo o El señor de los anillos también tienen su base en la literatura. No es nada nuevo, ya que en las décadas de los 70, 80 y 90 también ha habido personajes y universos que han trascendido a su fuente original haciéndose un hueco muy destacable con personalidad propia en la historia del cine, como El Padrino, Tiburón, Conan el bárbaro, E.T, Indiana Jones, Rambo o Parque Jurásico, pero en estas décadas también surgían grandes personajes y universos nuevos a partir de guiones originales de cine, como Harry el sucio, Rocky, Mad Max, Terminator, Robocop o Matrix, y esto es lo que se echa en falta en estas dos décadas que llevamos del siglo XXI. Alguno hay, como Gladiator o John Wick, pero en comparación con décadas anteriores, la cosa está un poco floja, la verdad.

Por eso creo que el cine de superhéroes está muy bien, porque además es algo que se persiguió siempre pero hasta la revolución digital de los efectos visuales, los intentos de adaptación al cine fueron algo infructuosos, pero debería haber también algo de riesgo en otras producciones que den la oportunidad de descubrir creaciones nuevas, que no hayan estado antes en la mente colectiva bajo otros formatos. Personalmente estuve siguiendo un tiempo la evolución de los universos de Marvel y DC pero acabé saturado de tanta película de superhéroes y he perdido el interés. Es más, creo que las más interesantes son aquellas que se han hecho antes del megaproyecto de Marvel y que hicieron directores con estilo propio, como los Batman de Tim Burton y Chris Nolan, los Spiderman de Sam Raimi o el Hulk de Ang Lee. Me gustó mucho Iron Man, la primera de Marvel Studios para crear su universo, pero la prefiero como película única a como pieza inaugural de lo que se ha creado desde entonces.

lunes, 5 de octubre de 2020

Reflexión sobre las salas de cine en la pandemia


 En estos tiempos inciertos del COVID-19 muchos sectores se están viendo afectados, y el cine es uno de ellos, pero creo que no tanto en la producción o la distribución, sino en la exhibición. Los grandes afectados en esta crisis son los exhibidores cinematográficos, y es que la gente no deja de ir al cine porque hayan dejado de interesarle las películas, sino porque verlas en casa resulta más seguro. Está claro que los cines, como todos los establecimientos abiertos al público, han adoptado protocolos de seguridad, pero claro, el miedo es libre y un cierto riesgo de contagio siempre existe cada vez que uno sale de casa, por lo que es normal que a mucha gente le dé reparo arriesgarse a ir a una sala pudiendo ver películas en casa. De hecho, los grandes beneficiados de la industria audiovisual en esta pandemia, parecen ser las plataformas digitales, que han subido notablemente su número de clientes.

¿Cambiará esto la forma de ver cine hasta el extremo de que las salas desaparezcan y las películas se vean en casa?

Creo que la experiencia de asistir a una sala es única por ciertos factores. Primero, la percepción de una película es totalmente distinta, es más inmersiva en un cine por mucha pantalla gigante o sonido envolvente que se tenga instalado en el salón de casa, porque en una sala de cine no tienes más remedio que mirar a la pantalla o quedarte dormido si la película no te gusta, mientras que en casa hay distracciones, puedes parar la película en cualquier momento, tienes la nevera al lado, hay luces a mano, mientras que en el cine tienes que estar dos horas sentado en la butaca a oscuras mirando a la pantalla sí o sí. Además, la percepción a nivel subconsciente, entra de forma más relajada en nuestro cerebro la imagen de cine, ya que es una luz reflejada en la pantalla, que la de la tele, que es una luz radiante. De hecho, en el cine es necesaria la oscuridad para ver bien la imagen, mientras que la tele se bien a plena luz del día, por tanto la intensidad de la tele es más agresiva y eso hace que también nuestra percepción sea distinta.

En segundo lugar, además de las diferencias en la percepción, también hay que añadir el componente social que tiene salir para ir al cine. Es algo que gusta a mucha gente, tanto cinéfila como no cinéfila. Quedar con amigos o con pareja para ir al cine y luego a tomar algo por ahí y comentar la película, es algo compartido por muchas personas de muy distintos gustos y aficiones.

Esto en cuanto a los factores que favorecen la existencia de las salas de cine. Esto puede hacer presagiar que el negocio del cine tal como lo conocíamos hasta ahora, volverá, pero la cuestión es cómo se mantienen las salas hasta que llegue ese momento, ya que si no va la gente al cine, las salas cerrarán y cuando el virus pase no habrá salas a las que ir. Bueno, supongo que otras nuevas abrirían u otras reabrirían, pero es innegable que el impacto económico y laboral a corto plazo en el sector de la exhibición cinematográfica va a ser bastante duro. El problema es por tanto creo que es más de los dramas humanos que se vivan por la crisis económica mientras esto dure. En cuanto al cine como lo conocemos, creo que puede sufrir una caída, pero resurgirá de sus cenizas.

En conclusión, el cine continuará. Los productores seguirán produciendo, los distribuidores seguirán distribuyendo, las plataformas digitales y ventas de Blue Ray seguirán creciendo, pero las salas comerciales parece que serán las más damnificadas en este proceso de todo el engranaje industrial que es el cine. Desde este humilde blog, mi más sincero apoyo a todos los profesionales de la exhibición cinematográfica. Llevo casi 40 años yendo al cine regularmente y espero poder seguir haciéndolo por muchos años. El virus pasará y vendrán tiempos mejores. «Show must go on».


lunes, 28 de septiembre de 2020

Los iconos cinematográficos de dos en dos: Mel Gibson


Nacido en Nueva York, pero criado en Australia, Mel Gibson dio sus primeros pasos en el cine en tierras australianas y saltó a Hollywood de la mano del director George Miller en la película Mad Max, un filme de bajo presupuesto que se ha convertido en padigma del cine de ciencia ficción de futuro postapocalíptico y todo un icono cinematográfico indiscutible. Su violencia y las escenas de persecuciones causaron gran impacto y Mad Max se convirtió en un enorme éxito internacional, conociendo dos secuelas durante los años 80, y otra más tardía, Mad Max:Furia en la carretera, ya sin Mel Gibson, que recibió varios premios Óscar y ha conectado muy bien con las nuevas generaciones por su estética visual, pero Max sin Gibson no es lo mismo, a pesar del buen hacer de Tom Hardy. El personaje de Max Rockatansky, el policía caído en desgracia al perder a su familia a manos de una banda de criminales y se convierte así en un solitario errante de los páramos desolados, es ya un personaje mítico de la historia del cine.

Años después, ya integrado en el engranaje comercial del cine en Hollywood, llegaría el segundo personaje icónico de Mel, el sargento Martin Riggs, coprotagonista de Arma letal, junto a Danny Glover, «thriller» de acción paradigmático de las conocidas como «buddy movies» o películas de colegas. El éxito de esta película conocería tres secuelas. Así pues, tanto la saga Mad Max como la de Arma letal, constan de cuatro películas cada una y en ambos casos, los cuatro filmes fueron dirigidos por el mismo director. En la saga de Mad Max es de George Miller, cuya primera parte fue su ópera prima, y Arma letal es de Richard Donner, el cual, cuando dirigió la primera, ya era un avezado director con varios éxitos comerciales en su filmografía como Superman, La profecía o Los Goonies, por ejemplo.

lunes, 21 de septiembre de 2020

Dos sex symbol de la misma época pero muy diferentes: Roberts y Stone

En 1990 se estrenaba Pretty woman, una versión moderna del cuento de la Cenicienta, en la que una prostituta encuentra el amor en un acaudalado hombre de negocios. Su protagonista, Julia Roberts se convirtió no solo en una de las estrellas más cotizadas, sino en todo un icono, en «la novia de América», una imagen que siguió explotando en otros papeles a lo largo de su carrera, en títulos como Novia a la fuga, La boda de mi mejor amigo, Notting Hill, y un largo etcétera.

La película se convirtió en todo un fenómeno social, tanto por la química entre sus protagonistas, Richard Gere y Julia Roberts, como por la banda sonora plagada de buenas canciones. La imagen de Julia Roberts saliendo de compras por Rodeo Drive se ha convertido en todo un icono del cine de los 90.

Dos años después, la carrera de otra actriz despegaba fulgurantemente pero con otro tipo de personaje completamente opuesto, pero igualmente impactante: «la asesina del picahielos». En 1992 se estrenaba Instinto básico y su protagonista, Sharon Stone, se convirtió en el icono de la nueva «femme fatale» del cine de suspense de los 90. Su imagen de mujer dura y peligrosa la siguió explotando en películas como Rápida y mortal o El especialista, por ejemplo.

El asesinato con el picahielos o el cruce de piernas en la comisaría, se han convertido en imágenes icónicas de la actriz y de la película. La polémica por la carga erótica de la película, la buena química entre sus actores protagonistas, y el final medio abierto o más o menos claro pero no del todo, que propició el debate sobre quién era la culpable, hicieron de la película todo un fenómeno de taquilla y de impacto social.

Ambas actrices estuvieron secundadas por un compañero masculino de reparto que era un actor ya consagrado en los años 80; Richard Gere en Pretty woman y Michael Douglas en Instinto básico.

lunes, 14 de septiembre de 2020

La llamada de lo salvaje, la belleza de la naturaleza

 

La llamada de lo salvaje fue otro de los estrenos de este año cuya trayectoria en cartelera se vio frenada por la pandemia del COVID-19, ya que se estrenó poco antes de la declaración del estado de alarma. Se trata de la adaptación de una novela de Jack London, autor de la famosa Colmillo blanco, y cuenta la historia de cómo un perro criado en el seno de una familia acomodada se adapta al mundo salvaje cambiando varias veces de dueño.

Dirige Chris Sanders, quien ha trabajado en películas de animación tanto para Disney como para Dreamworks. Con Disney dirigió Lilo y Stitch, además de realizar otras funciones como guionista en otras producciones de la casa, y para Dreamworks ha dirigido Cómo entrenar a tu dragón y Los Croods.

Ambientada en Alaska durante la fiebre del oro en el siglo XIX, La llamada de lo salvaje es una película de aventuras  de tono familiar en plena naturaleza, con escenas espectaculares, especialmente las del trineo, una fotografía impecable, paisajes nevados muy atractivos visualmente y caras conocidas entre el elenco, como Harrison Ford y Omar Sy.

En contra tiene un ritmo irregular, y la sensación de ser poco arriesgada, pues adopta un tono de fábula ya visto en otras películas de animales. En ese sentido no parece que aporte nada nuevo al género y es posible que le falte un poco más de intensidad dramática en algunas escenas. No obstante, es una película muy agradable de ver por todo lo descrito en el párrafo anterior, a lo que hay que añadir unos efecto visuales impecables en lo que se refiere a la recreación digital de los perros. Mezclan imágenes de perros reales y otras por ordenador, y la verdad es que el resultado es muy bueno. Destacable especialmente la escena nocturna bajo la aurora boreal.

lunes, 7 de septiembre de 2020

Los iconos cinematográficos de dos en dos: Julie Andrews

En 1964 y 1965 respectivamente se estrenaban Mary Poppins y Sonrisas y lágrimas, ambas películas musicales y protagonizadas por una institutriz. La primera en forma de cuento lleno de magia y viajes a lugares fantásticos poblados por dibujos animados. La segunda, en un escenario mucho más realista; el hogar de una familia austríaca en los albores de la invasión nazi.

Tanto la silueta de Mary Poppins volando con su  paraguas mágico como la estampa bucólica de María bailando en las montañas austríacas, son dos iconos de la historia del cine con un mismo rostro: Julie Andrews.

Mary Poppins fue su debut en la gran pantalla tras aparecer en tres «TV movies», así que lanzada al estrellato y consagrada como estrella en dos años consecutivos, y no solo eso, sino que además, por las dos películas fue nominada al Óscar como actriz principal y lo ganó por Mary Poppins. Eso es un buen comienzo. Después trabajó con Hitchcock junto a Paul Newman en Cortina rasgada, y años más tarde, a principios de los 80, recibió una tercera nominación al Óscar por ¿Víctor o Victoria?

lunes, 31 de agosto de 2020

Un amigo extraordinario, sin duda

 



Normalmente se estrenan todas las películas de los Óscar en el primer trimestre del año, o como muy tarde en abril, pero en 2020, con la declaración del estado de alarma, a alguno no le dio tiempo de llegar a la cartelera, como el caso de Un amigo extraordinario, que tenía previsto su estreno en abril y llegó a la cartelera española finalmente el pasado 21 de agosto, por la que Tom Hanks estuvo merecidamente nominado al Óscar a mejor actor de reparto.

Se trata de una película en tono de fábula que nos cuenta la historia real de un famoso educador estadounidense llamado Fred Rogers, que tenía un programa infantil en televisión, con un cínico y sarcástico periodista al cual su amistad le cambió la vida.

Rogers es considerado todo un ejemplo de cómo debe ser una buena persona. Es amable, cordial, generoso, una especie de santo en vida. Al periodista Lloyd Vogel, de la revista Esquire, le encargan entrevistar a Rogers, cometido que él acepta a regañadientes. Es un hombre con el alma herida, que ve la vida y a la humanidad bajo un prisma muy sombrío. Sin embargo, conocer a Rogers hará que su visión cambie totalmente.

La directora, Marielle Heller, dota a la película de un tono de fábula en la que contrastan dos mundos antagónicos: el universo luminoso y bucólico de Rogers frente al lado oscuro y desesperanzado de la vida que representa Vogel. El tratamiento cinematográfico en cuanto a fotografía y puesta en escena retrata muy bien estos dos mundos opuestos. Una película llena de buenos sentimientos que juega con un material muy peligroso en cuanto a que es fácil caer en lo ñoño, pero no lo hace, sino que consigue mantener un correcto equilibrio entre las dos caras de la moneda, de manera que lo naíf no se hace empalagoso y lo sombrío resulta realista pero sin caer en lo morboso.

Un amigo extraordinario es en definitiva una película muy interesante desde un punto de vista humanístico con un mensaje muy positivo, que además cobra mayor relevancia al tratarse de una historia real. Esta película fue presentada en primicia a principios de año en la gala de premios del CEC.


lunes, 24 de agosto de 2020

Onward, en busca de la magia perdida

Onward poster
Onward, Pixar Animation 2020
Con la declaración del estado de alarma a mediados de marzo, algunas películas estrenadas a primeros de ese mes vieron truncada su trayectoria en taquilla por el cierre de los cines. Es el caso, por ejemplo, de Onward, película de animación de Pixar estrenada el 6 de marzo.

Se trata de dos elfos hermanos, adolescentes, en busca de su identidad a través de la magia en un mundo en el que esa magia existió hace años y el padre de estos elfos, que murió cuando eran pequeños, era mago. Es una buena metáfora del mundo en que vivimos, un mundo invadido por la tecnología  en el que la ilusión y el misterio parecen formar parte del pasado y se minusvaloran en aras de una pretendida evolución en la que creemos saberlo todo con el soporte de los aparatos tecnológicos y en realidad no sabemos nada, o casi nada, ya que en muchas ocasiones esos artilugios resultan ser una dependencia en vez de un apoyo.

En este planteamiento, la película resulta interesante. Sin embargo, el tratamiento de la narración y los pesonajes es bastante arquetípico, lo cual hace que la película sea entretenida y agradable de ver pero no acabe dejando la huella que han dejado otros títulos de Pixar más arriesgados e innovadores como por ejemplo, Up o Wall-E. Es por tanto, un espectáculo de aventuras para toda la familia con el alto nivel técnico que se espera de Pixar, pero no entra dentro de las grandes joyas que nos ha brindado el estudio. Si  Pixar hace películas buenas y muy buenas, Onward sería de las buenas.

lunes, 3 de agosto de 2020

Los iconos cinematográficos de dos en dos: Clint Eastwood

Se lanzó al estrellato de la mano de Sergio Leone en Italia con el icónico personaje del pistolero sin nombre, con poncho y cigarro, en la mítica Trilogía del dólar formada por Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo. De vuelta a Estados Unido convertido en estrella, consolidó su estrellato con otro personaje legendario: Harry Callahan, más conocido por el apodo de su primera aparición en pantalla, Harry, el sucio, dirigida por Don Siegel, personaje al que daría vida en cuatro películas más: Harry, el fuerte, Harry, el ejecutor, Impacto súbito y La lista negra. Él es Clint Eastwood.

Igual que John Wayne era el tipo duro del oeste por excelencia en los «western» clásicos, Clint Eastwood se convirtió en lo propio del «western» moderno. Tanto fue el impacto del nuevo concepto introducido por Leone y tal fue la fuerza de la caracterización de Eastwood, que al regresar a Estados Unidos le ofrecieron papeles en películas del oeste que explotaban su imagen imitando el estilo de Leone, como por ejemplo, Cometieron dos errores o Dos mulas y una mujer. Así mismo, el propio Clint ha dirigido varios «western» a lo largo de su carrera como director, como Infierno de cobardes, El fuera de la ley, El jinete pálido o Sin perdón, por la que ganó sus primeros Óscar como mejor director y mejor película.

Por otro lado, el papel de Harry Callaghan, apodado el Sucio porque siempre le toca hacer el trabajo más sucio, es un policía duro, expeditivo, que hace las cosas a su manera, saltándose las normas todas las veces que haga falta con tal de detener al criminal. En principio se lo habían ofrecido a un ya veterano John Wayne, pero este lo rechazó porque no comulgaba con los métodos del personaje, no lo consideraba apto para su imagen, así que finalmente se lo dieron a Eastwood y tras el éxito obtenido, Wayne protagonizó Brannigan, pero ya no fue lo mismo. El referente miles de veces imitado ha sido Harry, e incluso en los años 80, Sylvester Stallone hizo a su propio poli malote en Cobra, el brazo fuerte de la ley. De las películas de Harry antes nombradas, cada una tuvo un director distinto, siendo Impacto súbito dirigida por el propio Eastwood.

lunes, 27 de julio de 2020

Los iconos cinematográficos de dos en dos: Harrison Ford

Saltó a la fama encarnando al contrabandista espacial Han Solo y se consagró como estrella en la piel del arqueólogo aventurero Indiana Jones. Él es Harrison Ford, el rey de la carambola. ¿Y por qué digo esto? Porque los dos grandes papeles de su carrera le llegaron de rebote. Ha dado vida a dos iconos del cine sin comerlo ni beberlo, ya que ha sido la mayor estrella de los dos grandes proyectos cinematográficos de George Lucas contra la voluntad de este.

Ford trabajaba de carpintero en los estudios de Lucas. Ambos se conocían y se llevaban bien, así que Lucas le dio un papel en su segunda película, American Graffiti. Sin embargo, George no quería volver a contar con él en otros proyectos porque no quería que se le identificase como un director con actor fetiche, quería rostros nuevos en cada película que hiciera. La siguiente era La guerra de las galaxias y Ford le ayudó con el casting dando réplicas a los actores durante las pruebas. Para el papel de Han Solo, tras varias sesiones sin encontrar al candidato adecuado, Lucas se dio cuenta de que Ford era quien mejor encajaba en el papel. Y fue todo un acierto. El resultado fue tan bueno que ha sido el único de entre sus compañeros de reparto que se convirtió en gran estrella. Carry Fisher siguió trabajando toda su vida, pero desde luego la gente siempre la conocerá por la Princesa Leia y en su carrera posterior no llegó a alcanzar la popularidad de Ford en otros papeles. Y un poco le pasó lo mismo a Mark Hamill, el joven Luke Skywalker. En la actual saga compuesta de nueve episodios, Han Solo sale en cuatro: los episodios IV, V, VI y VII.


Con la saga de Star Wars en marcha, Lucas tenía otro gran proyecto, el de una serie de aventuras ambientada en los años 30. Steven Spielberg, que estaba en alza, quiso dirigir una película de la saga de James Bond, pero los responsables de la misma no lo vieron claro. Spielberg acababa de tener su primer patinazo en taquilla con la comedia 1941, y sabía que su siguiente película debía ser un éxito si no quería ver hundida su carrera y habló con su amigo Lucas. Steven le contó su intención de hacer una de 007 y George le dijo: «Tengo algo mejor». El resultado fue En busca del arca perdida. El propio Spielberg le sugirió a Lucas que Harrison Ford fuese el protagonista, pero Lucas se negó nuevamente, y más ahora que ya era la estrella de su saga espacial. Hicieron pruebas a numerosos actores y el que más les convenció fue Tom Selleck, pero en ese momento no podía hacer la película por su compromiso con la serie de TV Magnum. Entonces Spielberg volvió sobre la opción Ford y Lucas claudicó. Lo demás es historia. Cuesta imaginar al popular arqueólogo con otro rostro que no sea el de Ford. Se hicieron tres películas durante la década de los 80. Al arca perdida le seguirían Indiana Jones y el templo maldito e Indiana Jones y la última cruzada. En 2008 llegaría una nueva aventura ambientada en los años 50, con el personaje envejecido a la par que el actor en Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal. Actualmente está prevista una quinta entrega.

lunes, 20 de julio de 2020

Los iconos cinematográficos de dos en dos: Arnold Schwarzenegger

Arnold Schwarzenegger, culturista profesional, campeón varias veces de los títulos de Míster Universo y Míster Olympia. Como a todo deportista de élite le llegó el momento de retirarse de las competiciones y el coloso austríaco fue a probar suerte en el cine. Tras debutar en 1970 con Hércules en Nueva York, acreditado como Arnold Strong, su gran lanzamiento llegaría doce años después con Conan, el bárbaro y dos años después se consagraría como estrella del cine de acción con Terminator. Conan y Terminator, el guerrero y el «cyborg», dos iconos de la gran pantalla con un mismo rostro, el de Arnold Schwarzenegger.

El icónico personaje de la literatura de espada y brujería, Conan, tuvo su puesta de largo cinematográfica de la mano de John Milius en una película rodada en buena parte en España. De hecho, Jorge Sanz interpretó al protagonista de niño, y la madre del bárbaro fue encarnada por Nadiuska. Reconocibles son los paisajes maravillosos de la geografía española, como por ejemplo, la Ciudad Encantada de Cuenca. El éxito de esta producción fue rotundo, lanzando al estrellato a Arnold y dando lugar a una secuela, Conan, el destructor, en 1984. Durante muchos años estuvo circulando la intención de la tercera parte, que sería Conan, rey, pero nunca se llegó a hacer. Incluso cuando Arnold volvió al cine tras su paso por la política como gobernador de California, se volvió a hablar del tema, ya que incluso por el tema de la edad era más idóneo en ese momento que anteriormente. Lo último que se anunció sobre este proyecto es una nueva entrega con el título de The legend of Conan, pero aún no se sabe para cuándo.
El mismo año que la secuela de Conan, se estrenaba Terminator, de James Cameron, en la que Schwarzenegger encarna a un «cyborg», una máquina con aspecto humano, enviado al pasado y programado para encontrar y matar a Sarah Connor, la madre del futuro líder de la resistencia en la lucha de los hombres contra las máquinas en un futuro distópico. Los humanos envían también a un soldado para proteger a Sarah. En principio James Cameron había fichado a Schwarzenegger para el papel del soldado, pero fue el propio Arnold quien le propuso hacer de robot. Lo demás es historia.

El concepto fue rompedor y cuajó muy bien, aunque el tiempo no la ha tratado bien a nivel técnico, al contrario que su secuela, Terminator 2: el juicio final, en la que se repite la historia, pero unos años más tarde y en este caso el objetivo es el propio líder, John Connor, cuando era niño. En este caso, los dos enviados eran «cyborgs», pero el malo más sofisticado que el bueno, y esta vez a Schwarzenegger le tocó ser el bueno, signo de los tiempos. En ese momento ya tenía una imagen que mantener. Esta secuela supuso un punto de inflexión en la industria de los efectos especiales por la creación de efectos por ordenador y ha soportado bastante bien el paso del tiempo, siendo hoy en día la mejor de la saga. Después James Cameron cedió los derechos para que otros produjesen más secuelas, las cuales fueron perdiendo cada vez más fuerza. Terminator 3: la rebelión de las máquinas, Terminator Salvation, Terminator Genesis. En principio, la que parecía más interesante era Salvation, ya que se planteaba recrear más a fondo el mundo futuro esbozado en las anteriores, pero se centró tanto en el personaje de John Connor, interpretado por el siempre eficaz Christian Bale, que ni siquiera salía un T-800, es decir, el modelo al que encarna Schwarzenegger, y claro, una película de Terminator sin Arnold no es lo mismo. Es la única entrega en la que no ha participado. Tras varios años del acuerdo de cesión de la saga, James Cameron recuperó los derechos cedidos y produjo él su propia tercera entrega, es decir, obviando las demás que hicieron otros en estos años, con Terminator: destino oscuro, que ha creado división de opiniones entre los fans de la saga. A mí, personalmente, me gustó.

domingo, 12 de julio de 2020

Los iconos cinematográficos de dos en dos: Sylvester Stallone


Con este post inicio una serie dedicada a algunos actores que han dado a la historia del cine dos iconos, de los cuales uno ha supuesto para el actor su lanzamiento al estrellato y el otro su consagración definitiva como estrella de Hollywood. Empezamos con Sylvester Stallone, que se lanzó con Rocky y se consagró con Rambo. Para bien o para mal, dos personajes icónicos de la historia del cine.

Rocky se ha convertido en símbolo de la cultura del esfuerzo, de luchar para ganar, de autosuperación, de saber aprovechar las oportunidades que te brinda la vida. En los años 70, Stallone quería ser actor pero la industria no se lo puso fácil. Escribió el guion de Rocky, que gustó mucho a los productores, y puso como condición que debía ser él quien protagonizase la película. El resto es historia. Doble nominación para Stallone en los Óscar, como mejor guion y mejor actor, y ganadora de los Óscar con tres estatuillas: mejor película, director y montaje.

La película la dirigió John G. Avildsen, a quien Stallone requirió años más tarde para dirigir Rocky V, pero entre medias, el propio Sylvester se encargó de dirigir las secuelas II, III y IV, que también cosecharon momentos que dejan huella para seguir alimentando la leyenda, como el tema musical «Eye of the tiger», del grupo Survivor en Rocky III o el mítico enfrentamiento con el boxeador soviético Ivan Drago, interpretado por Dolph Lundgren en Rocky IV. Años después, cuando ya se creía por concluida la saga, Stallone decidió hacer dos nuevas entregas a modo de epílogo de sus dos míticos personajes con los nombres y apellidos de cada uno en el título: Rocky Balboa y John Rambo, respectivamente, con mejor fortuna en su reencuentro con el boxeador que con el veterano de guerra. Con Rocky Balboa, Stallone dio por concluida la mítica saga, pero poco después le propondrían una oferta que no podía rechazar: convertir a Rocky en el entrenador del hijo de Apollo Creed en la película Creed, con la Stallone ganó el Globo de Oro a mejor actor de reparto y volvió a estar nominado al Óscar.
Tres años después de Rocky, y con sus secuelas en marcha, protagonizó Acorralado (First blood), adaptación de la novela First Blood de David Morrell sobre un veterano de Vietnam llamado John Rambo, un soldado de élite que al regresar a su país se encuentra con la dura realidad de una sociedad que le repudia en vez de verlo como un héroe. Vagabundeando llega a un pueblo donde es maltratado por los policías locales y reacciona como si estuviera en el frente de batalla. La película tuvo tal éxito que conoció una secuela, Rambo: Acorralado parte II, en la que el propio Stallone escribió el guion junto a James Cameron. En ella, Rambo es reclutado para una misión secreta en Vietnam, que consiste en ir a un campamento a tomar fotografías que prueben si quedaron o no compatriotas estadounidenses presos tras la guerra. La película tuvo tal impacto que fue realmente esta la que convirtió a Rambo en mito, en icono. Incluso creó escuela y se decía de las películas de comandos que eran «tipo Rambo». Conoció una tercera parte, Rambo III, en la que el aguerrido soldado es reclamado de nuevo para una misión especial en Afganistán durante la ocupación soviética del país, donde su amigo, el coronel Trautman, ha sido hecho preso por el enemigo. Así decía el eslogan de la película: «La primera vez por él mismo, la segunda por su país, esta vez es por su amigo.»

Como decía antes, el epílogo tardío John Rambo no cuajó del todo bien, se trataba de ayudar a unos misioneros en Birmania y la película es una escabechina con más sangre que las tres anteriores juntas pero le faltaba algo. El año pasado volvió de nuevo el mito en Rambo: Last blood, en la que John lleva ya unos años de vuelta en Estados Unidos en el rancho de su familia. Su ahijada es secuestrada por una banda mexicana dedicada a la trata de blancas y por supuesto se enfrenta a ellos. En mi opinión, sin ser una maravilla, es mejor que la anterior entrega.

En resumen, ocho veces interpretando a Rocky y cinco a Rambo a lo largo de cinco décadas, Sylvester Stallone nos ha legado dos iconos, dos personajes míticos que han dejado una marcada huella en la historia del cine.

viernes, 5 de junio de 2020

Parásitos, hito histórico en los Óscar

No la pude ver en el momento de su estreno, pero después de lo ocurrido en la pasada gala los Óscar, tenía no solo que verla, sino además, hablar de ella en este blog. Por fin he conseguido disfrutar de esta estupenda película coreana, Parásitos. ¿Es tan buena como dicen? ¿Se merecía ganar el Óscar a mejor película? Pues sí, realmente sí. El responsable de esta película, Bong Joon-ho, guionista y director, ha conseguido hacer historia en Hollywood con un filme que no deja indiferente a nadie.

No era la primera vez que una película de habla no inglesa tenía la doble nominación a mejor película de habla no inglesa y mejor película. Con títulos como Tigre y dragón o La vida es bella, ya había ocurrido, pero no llegaron a quedarse con las dos estatuillas. Sin embargo, este año sí ha ocurrido con Parásitos, convirtiéndose así en la primera película de habla no inglesa en ganar el Óscar a mejor película en toda la historia de los Premios de la Academia de Hollywood. Fue la triunfadora de la noche con cuatro galardones, los dos mencionados más mejor director y mejor guion original.

La premisa es muy sencilla; una familia formada por un matrimonio y dos hijos adolescentes, están arruinados, ya que los cuatro están sin trabajo, y se las ingenian para sobrevivir como sea. A priori no parece que pueda pasar de ser una película costumbrista de denuncia social sin más, basando el humor en la picaresca y el ingenio de los personajes, pero los sorprendentes giros de guion, la equilibrada mezcla de comedia y suspense, las convincentes y sólidas interpretaciones de sus actores y el fluido ritmo narrativo hacen que mantenga el interés en todo momento. Si a esto además, le añadimos un acertado y hábil manejo de los recursos cinematográficos como la fotografía, la cámara lenta, la puesta en escena o el uso que hace de la música en determinados momentos, pues el resultado es que el filme no solo mantiene el interés, sino que además está dotado de una identidad propia que la hace diferente a otros títulos del mismo género.

lunes, 25 de mayo de 2020

Diario de producción: nuevo cartel

Hoy se cumple un año de la presentación de El laberinto de las almas en Hermandades del Trabajo, en Madrid. El plan era ver otras posibilidades de presentación y de estreno de la película con el objetivo estrenarla en este 2020. Obviamente, los acontecimientos de los últimos con la pandemia del Coronavirus ha hecho que muchos planes se pospongan, cambien o se anulen. En cuanto a El laberinto de las almas retomo ahora las indagaciones y gestiones para ver cuál puede ser la mejor opción para su estreno. De momento, aquí publico el nuevo cartel de la película.

El auge que han tenido últimamente los estrenos "online" en plataformas digitales, abre una nueva vía que antes no había contemplado. ¿Dónde veremos primero la película, en una sala cinematográfica, en una plaforma digital? Quién sabe. La aventura de la distribución ha comenzado.

#ElLaberintoDeLasAlmas

sábado, 9 de mayo de 2020

La pandemia en el cine, más allá de lo evidente

En los tiempos que estamos viviendo es inevitable revisitar y comentar películas como Estallido, Contagio, El origen del planeta de los simios, y tantas otras que tratan sobre distintos virus que atacan a la humanidad. Pero la crisis que estamos viviendo en la realidad tiene un alcance mucho más allá de la mera enfermedad, ya que estamos ante un cambio de paradigma, un mundo nuevo. Hay un punto de inflexión entre nuestra vida antes y después del Coronavirus.

En un mundo globalizado en el que la movilidad de la gente, los negocios, el turismo, las marcas comerciales, un mundo en el que puedes encontrar cualquier cosa en todas partes del globo, también las enfermedades se igualan en todo el planeta. El mundo es un lugar hostil, y moverse por él sin apenas restricciones como si se tratase de un parque temático, es obvio que tarde o temprano acabaría pasando factura, porque todo en esta vida tiene dos caras, no todo es fiesta y diversión, y ahora, tras muchos años de prácticas absurdas que desafían el sentido común, como que fabricar algo a 10.000 kilómetros de distancia te salga más barato que encargárselo a la empresa de la nave de al lado, o que el Himalaya no sea solo territorio de escaladores, sino que se convierta en una atracción de turismo masivo, o que un teléfono último modelo con garantía de dos años se quede obsoleto en seis meses, en fin, todo este tipo de cosas son indicativos de que algo no se estaba haciendo bien.

Ahora el Coronavirus lo ha cambiado todo. Una sociedad global que no hacía más que crecer a una velocidad excesivamente rápida, ante el frenazo en seco que ha supuesto la pandemia para la economía mundial por las medidas de confinamiento de la población y el cierre de fronteras entre países, el impacto es tremendo. Cuanto más rápido vas en un un coche, más brutal es el impacto en caso de accidente, y eso es lo que le está pasando a la economía con esta situación. En solo dos meses, los PIB de los países han tenido caídas históricas. El virus ha puesto el contador a cero y toca empezar de nuevo con nuevos hábitos, nuevas formas de relacionarse, de hacer negocios, de hacer vida social. Debemos convivir con el virus y seguir adelante. En este cambio de mundo muchos han perdido la vida, y los supervivientes han perdido la inocencia.

En el cine, las películas que mejor han mostrado un cambio tan drástico, en mi opinión, son las que han ilustrado realmente el antes y el después de una catástrofe, más que las que se recrean en la catástrofe en sí. Hay muchas pero aquí traigo como ejemplo dos filmes realizados en distintas décadas, pero que tienen en común que ambas son de época, es decir, que recreaban hechos del pasado, ambas duran más de tres horas y ambas han sido multioscarizadas.

1. Lo que el viento se llevó (1939). Comienza mostrando el modo de vida sureño del siglo XIX en Estados Unidos para luego pasar a los horrores de la guerra y finalmente a cómo han evolucionado los personajes que sobrevivieron a la contienda. Precisamente el título hace alusión a ese mundo que existió y dejó de existir. La Guerra de Secesión enfrentó a una nación, el norte contra el sur, y nada volvería a ser como antes. Todo aquel pasado se lo llevó el viento.

2. Titanic (1997). La metáfora perfecta. La reducción del mundo al microcosmos de un barco que choca con un iceberg y se hunde, cuando todo el mundo pensaba que era insumergible. "Es de hierro, señor, le aseguro que puede hundirse", le decía el ingeniero al armador, el cual cegado por la ambición decidió forzar la máquina, literalmente hablando. Una hora y media en que se nos muestra la representación social de una época, con sus diferencias de clases sociales, y sus conflictos personales. Y otra hora y media, quizá un poco más, en que todo aquel crisol de pasajeros, representantes de una sociedad de un momento determinado, se hundió en el mar, amenizado por la música de la orquesta del barco. Y las vidas de los supervivientes cambiaron para siempre.

lunes, 4 de mayo de 2020

La emoción atemporal de la música en el cine

Es innegable que la música juega un papel fundamental en la transmisión de emociones en el cine al combinarse con las imágenes. Tanto es así, que a veces, una música anacrónica en una película se fusiona totalmente con la trama, porque no se trata de lo que nos muestra, de si en esa época existían o no esos sonidos, sino que lo que se trata es la emoción, lo que esa escena nos quiere transmitir. Lo explicaré un poco más en detalle con cuatro ejemplos.

1. Lady Halcón (1985): película de aventuras y fantasía ambientada en la Edad Media. La banda sonora fue de Andrew Powell, integrante de la banda de The Alan Parsons Project, cuyo estilo de música era la electrónica. En principio chirría pensar en ambientar una historia medieval con sintetizadores, pero la partitura tiene un aire tan aventurero y fresco que transmite perfectamente el espíritu que la película quiere reflejar.

2. Moulin Rouge (2001): una historia de pasiones desatadas en la época de la Bohemia, en París, en 1900. Es un musical que aglutina versiones de numerosos éxitos de la música pop y rock de todas las décadas, todas posteriores, naturalmente, a la época en la que transcurre la trama, pero que nos trasladan la emoción, la vibración de aquel espíritu de liberación artística que supuso la bohemia francesa.

3. María Antonieta (2006): Sofía Coppola hizo algo parecido para contar la historia de la reina María Antonieta en el siglo XVIII. La película comienza ya con una canción y unos créditos que nada tienen que ver una película de época pero sí nos transmiten el tono de rebeldía propio del personaje. Del mismo modo, hay una escena de un baile de máscaras en la que suenan temas de fondo como si hubiese un DJ, en plena corte francesa del siglo XVIII, pero queda bien, porque al fin y al cabo nos está mostrando un momento de fiesta, de dispersión de la protagonista, que se encuentra viviendo una situación muy complicada en su matrimonio por conveniencia con el rey.

4. El gran Gatsby (2013): el mismo director de de Moulin Rouge, Baz Luhrman, repitió un poco la idea en cuanto a ambientación para hacer una nueva versión de la celebérrima novela de Scott Fitzgerald. En este caso no se trata de un musical, pero la ambientación de las fiestas de los locos años 20 fusionando la música de entonces con ritmos más modernos, transmite al espectador del siglo XXI la energía de aquella época.


Para algunos, este tipo de anacronismos son algo negativo en las películas, pero personalmente opino que son acertados en el sentido de que no pretenden hacernos creer que en esa época se escuchaban esos sonidos, sino que se utiliza la música para empatizar con el espectador de hoy en día y transmitir las mismas emociones que sentían en el pasado las personas que escuchaban otro tipo de sonidos con los que sería más complicado de conectar para los espectadores actuales. No se trata de recreación histórica, sino de transmisión de emociones.

domingo, 26 de abril de 2020

Homenaje de cine a los bares



Homenaje cinematográfico e cuatro escenas de películas a los lugares de encuentro social por excelencia: los bares. Disfrutad. ¡Salud!

jueves, 23 de abril de 2020

La trilogía sobre Robert Langdon

Otra saga que tenía pendiente por rematar, ya que solo había visto la primera parte, era la trilogía sobre Robert Langdon, personaje creado por el autor Dan Brown, en las películas, El código Da Vinci, Ángeles y demonios e Inferno. Los libros en los que aparece son cinco en total; a los tres que han sido adaptados al cine se le suman El símbolo perdido y Origen. El personaje es un profesor universitario de historia especializado en simbología, en descifrar códigos históricos, por lo que sus servicios suelen ser reclamados por diversas organizaciones y esto le lleva a verse envuelto en complicadas tramas de suspense y acción. Se podría decir que es como una especie de Indiana Jones en el siglo XXI.

En 2006 se estrenaba El código Da Vinci, en la que Robert Langdon va en busca del Santo Grial, como Indiana Jones y la última cruzada, y además, se especula sobre la verdadera naturaleza del mismo. Protagonizada por Tom Hanks, Audrey Tautou, Ian McKellen, Paul Bettany y Jean Reno, todo un reparto de caras conocidas dirigidas por el habitualmente eficaz Ron Howard. El proyecto ya traía tras de sí gran polémica desde la publicación de la novela con críticas por parte de la Iglesia y algunos historiadores por ciertas licencias que se permite el autor y que no deberían ocurrir en una novela histórica.

El éxito del filme propició que en 2009 se estrenara su secuela, Ángeles y demonios, que sin embargo, había sido la primera novela de la serie en publicarse. Repetían Tom Hanks como protagonista, Ron Howard como director y Brian Grazer como productor, al igual que en la saga de Indiana Jones, donde Harrison Ford protagoniza, Steven Spielberg dirige y George Lucas produce. Que el núcleo del equipo sea el mismo en las tres películas dota a la saga una uniformidad de estilo que no siempre se consigue en otras sagas cinematográficas que van cambiando de manos en cada película. Esta vez el profesor es reclamado para ayudar a encontrar a los miembros de la antigua secta de los Illuminati, que amenazan con hacer detonar una potente bomba de antimateria para arrasar El Vaticano. Ciencia, historia y religión se entrecruzan en una trepidante carrera contrarreloj para evitar la catástrofe. Aquí vemos a Hanks acompañado por la actriz israelí Ayelet Zurer y los conocidos Ewan Mcgregor y Stellan Skarsgard.

En 2016 llegaría la tercera entrega de la saga, Inferno. Aunque en principio iban a adaptar El símbolo perdido, finalmente fue Inferno la que llegaría a la gran pantalla. En este caso, Langdon debe descifrar las pistas de encontradas en la obra pictórica de Dante para seguir el rastro de alguien que pretende propagar un virus que podría desencadenar una pandemia mundial. En esta ocasión la trama se aleja del tema religioso y se centra más en la ciencia en la historia del arte. Acompañan a Hanks, Felicity Jones, Irrfan Khan y Omar Sy.

Aunque las tres películas tienen un tono muy parecido y son muy entretenidas, cada una tiene su toque personal. Posiblemente la mejor, la más redonda, sea Ángeles y demonios, ya que tiene un guion más compacto, un ritmo narrativo sin fisuras y un buen equilibrio de contenido entre los temas de ciencia, religión e historia. El código Da Vinci es quizá la que presenta un contenido con más enjundia, más calado, aunque narrativamente sufre algunos altibajos. Inferno se podría decir que quizá sea la más floja de las tres, aunque está casi al mismo nivel que las anteriores, y que su rasgo más distintivo esté en el fascinante ambiente creado para el clímax final de la película.

jueves, 16 de abril de 2020

Harry Potter, películas en confinamiento

Estos días extraños que estamos viviendo confinados en casa debido al estado de alarma en que se encuentra el país, permiten hacer muchas cosas para las que en circunstancias normales no solemos tener tiempo. Una de ellas es ver películas pendientes, por ejemplo, y por qué no, sagas enteras, como por ejemplo, la de Harry Potter, disponible en HBO. Debo admitir que en su momento solo fui al cine a ver las tres primeras entregas. Debido a que no llegué a empatizar del todo con los personajes y que las entregas llegaban tan seguidas a la cartelera una tras otra, de hecho se estrenaron ocho películas entre 2001 y 2011, me llegó un momento de saturación en que di prioridad a otras películas y perdí interés por las aventuras del famoso niño mago y sus amigos. Puesto que empecé a escribir este blog en 2007 y la tercera parte de la saga data de 2005, pues no tenía ninguna película de Harry Potter aquí reseñada. Retomé este universo mágico en los estrenos de cine con la segunda entrega de Animales fantásticos, de la que sí escribí el post correspondiente.

Sin duda, la saga de Harry Potter es una de las más icónicas del siglo XXI y una sinergia perfecta entre cine y literatura. Vista la saga en bloque, podría decirse que se encuentra formada por dos tetralogías bien diferenciadas, tanto a nivel de contenido como en la forma de abordar los proyectos. Las cuatro primeras entregas, La piedra filosofal, La cámara secreta, El prisionero de Azkabán y El cáliz de fuego, abordan las aventuras de unos preadolescentes en un colegio de magos llamado Hogwarts, siempre con el oscuro secreto de la muerte de los padres de Harry a manos del malvado Lord Voldemort y con la amenaza de su regreso como hilo conductor de las historias. Cada película abarca un nuevo curso escolar de estos aprendices de magos. Según los niños van creciendo, el tono de las películas va cambiando y también se fueron cambiando los directores que se hicieron cargo de cada proyecto. Las dos primeras entregas fueron dirigidas por Chris Columbus, aclamado director de comedias familiares como Solo en casa o Señora Doubtfire. En El prisionero de Azkabán, el tono se volvió un poco más oscuro y tomó el relevo de la dirección el mexicano Alfonso Cuarón, ganador del Óscar a mejor director por Gravity. Su anterior película, antes de entrar en el mágico mundo de Hogwarts, había sido Y tu mamá también, que tuvo bastante repercusión tanto entre la crítica como en la taquilla. Finalmente, para El cáliz de fuego se cogió a otro director, esta vez el británico Mike Newell, aclamado director de Cuatro bodas y un funeral.

Por otra parte, en la segunda tetralogía, formada por La orden del Fénix, El misterio del príncipe, Las reliquias de la muerte, parte 1 y Las reliquias de la muerte, parte 2, ya los chicos están en plena adolescencia y la historia se sale del entorno escolar para centrarse en el regreso de Lord Voldemort y su enfrentamiento definitivo con Harry Potter, desentrañando así los misterios de cómo sucedió la tragedia cuando Harry perdió a sus padres. Del mismo modo, siendo una historia más compacta la que se cuenta en las cuatro películas, están todas dirigidas por el mismo director: David Yates, el cual, tras rematar esta saga, siguió haciéndose cargo del universo Hogwarts con la saga de Animales fantásticos, de la cual se han estrenado dos entregas, pero hay en proyecto tres más. Yates había debutado en el largometraje cinematográfico con The Tichborne Claimant, pero su filmografía antes de Potter se forja en las series de televisión. Entre la saga Potter y la saga Animales fantásticos, ha dirigido La leyenda de Tarzán.

Muchos rostros conocidos de veteranos actores han pasado por estas películas encarnando a distintos profesores del colegio Hogwarts, como Alan Rickman (Severus Snape), Maggie Smith (McGonagall), Richard Harris y Michael Gambon en la piel de Dumbledore, Emma Thompson, Kenneth Branagh, y sin que se le reconozca el rostro, bajo la piel de Lord Voldemort se encuentra Ralph Fiennes, especialmente aclamado por sus interpretaciones de La lista de Schindler y El paciente inglés, al que últimamente podemos ver en la saga de 007 como el nuevo M.

En cuanto a los niños, Daniel Radclife, Emma Watson y Rupert Grint, los tres han seguido trabajando como actores, aunque posiblemente sea Emma Watson la que de momento lleve una carrera más sólida, o al menos haya estado en más películas de cierto impacto en la cartelera, como La bella y la bestia, Noé, El círculo o Mujercitas. Por su parte, Rupert Grint ha estado más en televisión, y Daniel Radcliffe ha participado tanto en series televisivas como en cine, aunque no en películas de tanto impacto como las de Emma Watson.

lunes, 6 de abril de 2020

5 escenas motivadoras


En estos días inciertos en que la crisis sanitaria del Covid-19 nos afecta a todos por distintos motivos de salud, económicos, laborales, etc, quisiera lanzar un mensaje de apoyo, de ánimo, de esperanza, a través de cinco escenas de películas que a mí me han venido a la cabeza en situaciones difíciles.

domingo, 29 de marzo de 2020

Películas sorprendentes de la última década

Creo que a nadie se le escapa el hecho de que en los últimos tiempos el grueso de la industria cinematográfica vive de la sobre explotación de iconos populares ya conocidos desde hace décadas, ya sea de los cómics o bien a base de precuelas, «reboots», «remakes», secuelas o cualquier otra fórmula que se les ocurra a los directivos de las productoras para estrujar, exprimir y remezclar los mismos personajes e historias una y otra vez, especialmente desde que Disney compró Marvel y Lucas Films en 2009 y 2012 respectivamente.

Sin embargo, la producción cinematográfica es muy extensa y siempre es posible encontrar pepitas de oro entre el barro, y resulta muy gratificante cuando una película resulta arriesgada pero consigue sorprender. Porque es cierto que puede haber mucha gente arriesgando pero no a todo el mundo le sale bien la jugada. Quisiera recoger en este post cinco películas de la última década que viéndolas sin esperarme nada, me sorprendieron gratamente y me impactaron de verdad, disfrutándolas más cada vez que las veo de nuevo.

Una de mis favoritas es Gravity, de Alfonso Cuarón, cuyo aspecto visual, su esforzado realismo espacial, su intensidad dramática, la adecuada duración de hora y media y la potente partitura musical de Steven Price, hacen que cualquier momento sea bueno para disfrutarla. Se estrenó en 2013 y ese mismo año otra película muy distinta conseguía también sorprenderme de sobremanera: La vida secreta de Walter Mitty. Ben Stiller como director y actor, con la trayectoria que tenía de comedias de humor grueso, de caricatura rozando lo grotesco, sorprendió con este filme por el cambio de rumbo que le dio a su estilo habitual, ya que en esta ocasión nos mostraba una comedia elegante, imaginativa, sofisticada e inspiradora.

Cambiando de año, retrocedemos a 2011 con The artist. Una película francesa muda en blanco y negro que sale bien y además triunfa en los Óscar. Creo que está claro por qué resulta más que sorprendente. Y siguiendo con el cine europeo, en 2014 me impactó muchísimo la película danesa Alguien a quien amar, un potente drama en el que un egocéntrico y exitoso cantante que ha caído en lo más profundo del abismo, encuentra la redención al tener que cuidar de su nieto. El carisma del protagonista y las potentes canciones hacen que esta película realmente impacte y deje huella en el espectador.

Para terminar quisiera completar este quinteto de películas sorprendentes con una española de año pasado: El crack Cero, de José Luis Garci. Una película contracorriente, en blanco y negro, ambientada en los 70 y rodada de forma analógica, sin recurrir a la tecnología digital, con un ritmo pausado, pero hay que ver cómo funciona. Evidentemente, me sorprendió y mucho.

Como juego, os propongo un pequeño quiz de cine: ¿a qué foto pertenece cada una de las películas? Podéis responder en comentarios al post.

martes, 3 de marzo de 2020

La nueva producción de Galax Pictures, un booktrailer

En 2016 realicé mi primer «booktrailer» con motivo del libro sobre este blog, Historia de un blog de cine. Ahora, con la publicación de mi primera novela llega el «booktrailer» de Espinas en la piel, un «thriller» de acción y suspense.


#EspinasEnLaPiel

miércoles, 12 de febrero de 2020

Óscar 2020, edición histórica

La 92 edición de los Premios de la Academia de Hollywood ha vivido noche histórica: la ganadora ha sido una película de habla no inglesa. No era la primera vez que un filme extranjero era nominada a mejor película, recordemos los casos de La vida es bella o Tigre y dragón, por ejemplo, pero que finalmente ganara no había ocurrido hasta este año con la producción coreana Parásitos, que fue la gran vencedora de la noche con cuatro galardones: mejor película, mejor película de habla no inglesa, mejor director y mejor guion original.

La favorita a la que apuntaban muchas quinielas, el prodigioso plano secuencia bélico de Sam Mendes, 1917, consiguió tres estatuillas: mejor fotografía, efectos visuales y mezcla de sonido. La edición de sonido y el montaje fueron para Le Mans 66.

Tarantino parece encaminado a ser el padrino de los actores secundarios. Por tercera vez una película suya gana el Óscar en esta categoría. Dos veces fue para Christoph Waltz por Malditos bastardos y Django desencadenado, y esta vez ha sido para Brad Pitt por Érase una vez en Hollywood.

Martin Scorsese con El irlandés ha repetido el resultado de Gangs of New York: diez nominaciones, cero premios.

Por lo demás, más o menos era previsible: la mejor película de animación para Pixar por Toy Story 4, el mejor actor principal para Joaquin Phoenix por Joker, mejor actriz secundaria, Laura Dern por Historia de un matrimonio, mejor actriz principal para Renée Zellwegger por Judy.

La representación española formada por Antonio Banderas y Pedro Almodóvar con Dolor y gloria, y la película de animación Klaus, se quedaron sin estatuilla, pero ya lo tenían asumido, ya que competían con Joker, Parásitos y Toy Story 4.

Personalmente me hubiera gustado que ganara 1917 y Sam Mendes a mejor director. Por lo demás, no tenía especial preferencia por otros candidatos. No obstante, el hecho de sentar un precedente a que Hollywood esté abierto a que películas rodadas en cualquier idioma puedan ser premiadas como mejor película, es algo puede ser positivo para reavivar la industria, quizá un toque de atención de la Academia a los estudios para que se pongan las pilas en ser originales y no gastar los mayores presupuestos de las producciones en repetir y remezclar fórmulas y conceptos una y otra vez. Veremos cómo reacciona la industria del cine ante este hito de los codiciados Óscars.

PALMARÉS COMPLETO

sábado, 8 de febrero de 2020

1917, todo un espectáculo

Un plano secuencia es una secuencia en la que no hay cortes de montaje, sino que se cambia de planos moviendo la cámara. En 1948 se estrenaba La soga, de Alfred Hitchcock, un experimento visual muy interesante que consistía en simular toda la película como un único plano secuencia. Tenía la limitación técnica de la duración de cada bobina de película y rodaba de tal manera que luego se pudieran unir los distintos fragmentos en montaje y el resultado final fuese como si no hubiera cortes. Hoy en día con los ordenadores es más fácil simular planos secuencia que en realidad no lo son y se obtienen resultados espectaculares, como por ejemplo, el de Los Vengadores durante la batalla en las calles de Nueva York.

Sam Mendes, director de American Beauty, Camino a la perdición, Revolutionary road o las dos últimas entregas de James Bond, Skyfall y Spectre, nos sorprendió en esta última con un espectacular plano secuencia al inicio de la película en la que vemos a 007 caminando por las calles de Ciudad de México durante la celebración del Día de los Muertos. Ahora ha dado un paso más adelante y se ha animado a hacer como Hitchcock, una película entera en un plano secuencia, con 1917, una película bélica ambientada en la Primera Guerra Mundial. En mi opinión, realmente la película se divide en dos grandes planos secuencia, debido a un momento concreto, que quien la haya visto posiblemente sepa a cuál me refiero, del que no diré más para evitar el «spoiler» a quien aún no haya tenido la suerte de disfrutar de este espectáculo.

Un general británico encomienda una misión suicida y a contrarreloj a dos jóvenes soldados: llevar un mensaje a un batallón que está tras las líneas enemigas para cancelar un ataque que tienen previsto, ya que se trata de una trampa y podrían morir todos. Uno de estos dos soldados es el hermano menor de un teniente que se encuentra entre los que pueden morir si no llegan a tiempo con el mensaje. Su acompañante acata igualmente la orden, aunque sin la misma motivación, pero su evolución a lo largo del filme resulta muy interesante.

Los dos protagonistas son relativamente desconocidos para el gran público, pero entre los secundarios que van a pareciendo en pequeñas intervenciones a lo largo del metraje, podemos encontrarnos con caras conocidas como Colin Firth, Benedict Cumberbach o Mark Strong. Los intrépidos mensajeros a los que acompañamos en esta intensa aventura está interpretados por Dean-Charles Chapman, al que pudimos ver el pasado otoño en Blinded by the light, y en las exitosas series de TV Into the badlands y Juego de tronos, y por George MacKay, que debutó de niño en 2003 con Peter Pan: la gran aventura, y al que ya hemos visto vestido de soldado al inicio de Amanece en Edimburgo.

1917 es un proyecto muy personal de Sam Mendes, ya que se basa en las historias que su abuelo, combatiente en la Primera Guerra Mundial, le contaba sobre su experiencia en el campo de batalla. El director decidió rodar en plano secuencia para que el público esté inmerso en la película y acompañe a los protagonistas segundo a segundo en su desesperado viaje contrarreloj. Como él mismo ha dicho, 1917 está concebida más que una película, como una experiencia. Y lo ha conseguido.

sábado, 25 de enero de 2020

Las medallas CEC 2020

El pasado lunes 20 de enero tuvo lugar en el Palacio de la Prensa de Madrid la entrega de la 75ª edición de las Medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC), los premios más antiguos del cine español. Este año se ha alzado como clara vencedora Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar, como era previsible. La nueva película del director manchego está acaparando premios donde quiera que va, y de hecho tiene dos nominaciones para los Óscar de Hollywood, como mejor película de habla no inglesa y mejor actor para Antonio Banderas. El afamado actor malagueño ha sido premiado con la medalla a mejor actor y Almodóvar ha acaparado dos medallas como director y como guionista. Junto con los galardones a mejor película y música, triunfa Dolor y gloria con un total de cinco premios.

Otras medallas que han cumplido con los favoritos fueron la de mejor actor de reparto para Enric Auquer por Quien a hierro mata, del que ya en su momento resalté su destacada interpretación, y el premio a la mejor película extranjera para la coreana Parásitos, que también está acaparando premios donde quiera que va y sería la gran competidora de Dolor y gloria en la carrera por el Óscar.

La medalla de honor a su trayectoria este año ha sido para José Sacristán, el cual recogió el premio con gran ilusión y entusiasmo, ya que según contó, llevaba toda la vida esperando tener una medalla del CEC en sus seis décadas de carrera artística.

Quisiera también destacar la presencia en estos premios de El crack cero, de José Luis Garci, nominada en las principales categorías, incluida mejor película, que finalmente se alzó con el galardón a mejor fotografía. Una película sensacional, muy a contracorriente, que ha sido ninguneada en otros premios del cine español, incluidos los Goya de la Academia.

La medalla de la solidaridad fue para una opera prima, Abuelos, de Santiago Requejo, que también estaba nominado a mejor director novel, pero este premio fue finalmente para Salvador Simó por Buñuel en el laberinto de las tortugas, que junto a los premios a mejor guion adaptado y película de animación recibió un total de tres medallas.

Al final de la gala, como todos lo años, el CEC nos ofrece una película en primicia, que este año ha sido Un amigo extraordinario, por la que Tom Hanks está nominado al Óscar. De esta película daré cuenta más tarde, más cerca de su estreno en la cartelera española, que está previsto para el 20 de marzo.

PALMARÉS COMPLETO.