Se trata de una película en tono de fábula que nos cuenta la historia real de un famoso educador estadounidense llamado Fred Rogers, que tenía un programa infantil en televisión, con un cínico y sarcástico periodista al cual su amistad le cambió la vida.
Rogers es considerado todo un ejemplo de cómo debe ser una buena persona. Es amable, cordial, generoso, una especie de santo en vida. Al periodista Lloyd Vogel, de la revista Esquire, le encargan entrevistar a Rogers, cometido que él acepta a regañadientes. Es un hombre con el alma herida, que ve la vida y a la humanidad bajo un prisma muy sombrío. Sin embargo, conocer a Rogers hará que su visión cambie totalmente.
La directora, Marielle Heller, dota a la película de un tono de fábula en la que contrastan dos mundos antagónicos: el universo luminoso y bucólico de Rogers frente al lado oscuro y desesperanzado de la vida que representa Vogel. El tratamiento cinematográfico en cuanto a fotografía y puesta en escena retrata muy bien estos dos mundos opuestos. Una película llena de buenos sentimientos que juega con un material muy peligroso en cuanto a que es fácil caer en lo ñoño, pero no lo hace, sino que consigue mantener un correcto equilibrio entre las dos caras de la moneda, de manera que lo naíf no se hace empalagoso y lo sombrío resulta realista pero sin caer en lo morboso.
Un amigo extraordinario es en definitiva una película muy interesante desde un punto de vista humanístico con un mensaje muy positivo, que además cobra mayor relevancia al tratarse de una historia real. Esta película fue presentada en primicia a principios de año en la gala de premios del CEC.
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