La práctica habitual del deporte, en general, nos aporta valores importantes como el esfuerzo, la concentración, el sacrificio, la constancia, el trabajo en equipo, el compañerismo, la superación, la disciplina, el honor, etcétera. Pero además, los profesionales de élite se convierten en referentes para el público, en un ejemplo a seguir, lo cual hace que deban tener, además de lo anteriormente mencionado, un sentido relevante de la responsabilidad.
En 2021 el cine nos trajo dos ejemplos de casos reales que se han convertido en referentes de estos valores por motivos totalmente opuestos. Por un lado se estrenaba El método Williams, por la cual Will Smith ganó el Óscar a mejor actor principal encarnando a Richard Williams, el padre de las hermanas tenistas y campeonas Serena y Venus Williams. Un padre con una obsesión, convertir a sus hijas en campeonas de tenis, y un plan minuciosamente elaborado para lograr tan ambicioso objetivo. Disciplina, fuerza de voluntad, constancia, son algunas de las cualidades que le llevaron al éxito, además de una confianza arrolladora en sí mismo y en su plan,
En el otro lado del espectro se estrenaba El gran Maurice, interpretado magníficamente por Mark Rylance, ganador del Óscar por El puente de los espías. Es la historia del conocido como El Fantasma del Open, un operario de grúa británico que en un momento de crisis en el que ve peligrar su trabajo, encuentra en el golf su gran vocación y decide participar en el prestigioso Open Británico de Golf sin tener ni medios ni técnica para este deporte, entrenándose por su cuenta de manera totalmente autodidacta. Ostenta aún hoy en día el récord de peor resultado en la historia de este campeonato, que obtuvo la primera vez que se presentó, pero eso no le frenó para seguir intentándolo. Su pasión y tenacidad le sirvieron para ser inspiración para otros: si él puede, yo también.
No solo son importantes los resultados, sino también el proceso, y en él podemos encontrar historias inspiradoras. Cuando se dice que lo importante es participar, es cierto, porque para que haya un ganador, debe haber varios perdedores y quien gana, lo hace gracias a que hay otros que han competido con él. Se suele dar siempre relevancia a los que ganan, pero son la minoría, porque para que cualquier deporte se mantenga vivo, debe tener mucha gente que lo practique, pero en cada competición solo gana uno. Lo importante para todos los participantes es haberlo hecho lo mejor posible y haber estado concentrado y dando todo lo que puedes dar. Unas veces se gana y otras se pierde, pero lo importante para cada uno es la satisfacción de haber hecho lo correcto. Así es el deporte y así también es la vida.
