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jueves, 30 de marzo de 2017

El fantasma en el caparazón (Ghost in the shell)

En 1989 se publicaba un cómic manga titulado Ghost in the shell, de enorme popularidad entre los aficionados al género, que fue llevado al cine de animación japonés en 1995, convirtiéndose en película de culto. Ahora llega una versión de acción real made in Hollywood de la mano de Rupert Sanders, el director de Blancanieves y la leyenda del cazador, con Scarlett Johansson como protagonista. Su título en España es Ghost in the shell: el alma de la máquina. Este subtítulo añadido en nuestro país es bastante descriptivo en cuanto al concepto básico en torno al cual gira la película.

A estas alturas hemos visto tantos films de ciencia ficción sobre inteligencia artificial y cibernética, que es complicado hacer algo que no remita a referencias y ecos de otras películas. En este caso el personaje protagonista podría antojarse como un cruce entre Nikita y Robocop con tintes de Desafío total, en un ambiente a caballo entre Blade Runner y Matrix, o incluso Origen. La trama argumental tampoco ofrece nada que no se haya visto antes: un proyecto secreto para construir el arma perfecta, y una conspiración en las altas esferas de una megacorporación que goza de privilegios para operar a sus anchas.

Sin embargo, la forma de desarrollar la historia, y la absorbente atmósfera que recrea, apoyada en un apabullante diseño de producción y una envolvente partitura musical, hacen que Ghost in the shell: el alma de la máquina no sea una cinta más de ciencia ficción, sino que tenga entidad propia, ofreciendo un entretenido espectáculo de acción futurista de primer orden, en clave de thriller tecnológico. Además consigue que el mensaje que subyace, el ensalzamiento del espíritu humano por encima de cualquier avance industrial, no se diluya entre la acción y la tramoya tecnológica, sino que prevalezca, se haga patente y esté presente durante casi todo el metraje.

Scarlett Johansson despliega el carisma suficiente para llevar el peso protagonista en solitario. Entre los secundarios cabe destacar la recuperación de dos estrellas que, a pesar de seguir trabajando, gozaron de gran popularidad hace unos años. Ambos tuvieron su momento más álgido posiblemente durante el cambio de milenio. Por un lado la actriz francesa Juliette Binoche, conocida especialmente por El paciente inglés, Chocolat y la trilogía Tres colores, y por otra parte el actor japonés Takeshi Kitano, conocido por títulos cargados de violencia como Sonatine, Brother, o Zatoichi, entre otros.

Gracias a Sensacine por la invitación al preestreno de esta película.

sábado, 25 de marzo de 2017

La Gran Muralla china

El director chino Zhang Yimou, responsable de títulos como Hero o La casa de las dagas voladoras, nos trae una nueva fantasía china con La Gran Muralla (The Great Wall). Vuelve así al género de acción y aventuras tras haber probado con el drama más intimista en títulos como Amor bajo el espino blanco o Las flores de la guerra.

Esta vez no se trata de otra película del género wuxia, propio del cine chino, sino que estamos ante una coproducción con Estados Unidos, de manera que el filme goza de lo mejor de ambos mundos: la estética de oriente con el ritmo de occidente. Visualmente poderosa y narrativamente trepidante, se trata de una espectacular y entretenida cinta de aventuras, plagada de elaboradas coreografías y efectos digitales de primera línea, así como de una vibrante partitura musical a cargo de Ramin Djwadi, compositor en la exitosa serie televisiva Juego de tronos. En cine ha puesto música a películas como Iron Man o Pacific Rim.

La película es muy honesta en intenciones. Desde el inicio nos cuentan, a modo de introducción, que la muralla fue construida para defenderse de distintos enemigos, unos reales y otros legendarios. Los responsables del film han optado por el relato basado no en la historia, sino en la leyenda.

Protagonizan Matt Damon y Pedro Pascal encarnando a dos mercenarios europeos que, en plena Edad Media, viajan a Asia en busca de la preciada y codiciada «pólvora negra». Ambos personajes pueden parecer en cierto modo un reverso oscuro de los pícaros amigos de La ruta hacia El Dorado, aunque manteniendo en general un tono fresco y desenfadado. En su periplo llegan a la Gran Muralla, ocupada por un ejército que se encuentra en lucha contra unos monstruos mitológicos. En un papel secundario encontramos al veterano y casi siempre inquietante Willem Dafoe. En cuanto a los actores asiáticos destaca la actriz Tian Jing, a la que podemos ver también estos días en cartelera, en un papel secundario de Kong: la isla Calavera.

viernes, 17 de marzo de 2017

Premios Cinemanet 2017

El pasado 27 de febrero tuvo lugar en Madrid la entrega de los premios anuales Personaje y ¡Qué bello es vivir! de la asociación de cine Cinemanet. Este año los premiados han estado repartidos entre España, Italia y Gran Bretaña.

El premio Personaje en la modalidad de ficción fue para don Pietro, de la comedia italiana Si Dios quiere. Por otra parte, el personaje real premiado fue el de Soledad Acosta Torres, de la película española Luz de Soledad.

En cuanto a los premios ¡Qué bello es vivir!, fueron galardonadas La vida de Jan, como película española, y la británica El último acto, como película del «resto del mundo».

Finalmente se rindió homenaje al productor y director Primitivo Rodríguez, con el premio de honor a su trayectoria humanística dentro del cine.

Este es el vídeo de la gala.


domingo, 12 de marzo de 2017

Kong, el amo y señor de la isla Calavera

Gracias a Sensacine por el preestreno de Kong: la isla Calavera.

Uno de los grandes personajes, grande en todos los sentidos, de la historia del cine es sin duda King Kong. Desde su estreno en 1933 la mítica producción de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, ha sido fuente de inspiración de secuelas, remakes, e imitaciones tanto en cine como en televisión. Ahora llega una nueva película con el gorila gigante de protagonista en Kong: La isla Calavera (Kong: Skull island).

En esta ocasión la acción se desarrolla en 1973 durante el inicio de la retirada de tropas estadounidenses de Vietnam. A un grupo de soldados les encomiendan como última misión, antes de regresar a su país, que sirvan de escolta a una expedición de científicos que se va a adentrar en una isla, descubierta por una foto de satélite, al sur del Pacífico. Allí encontrarán un ecosistema salvaje, poblado por criaturas prehistóricas que han evolucionado aislados en ese microcosmos a lo largo de los siglos, de los cuales Kong es el rey.

La galería de personajes se antoja interesante, mezclando militares y científicos, aunque ninguno está desarrollado más allá del mero arquetipo, puesto que la película es un filme de aventuras sin mayor pretensión que la de entretener, y eso lo consigue con creces. Varios rostros conocidos se dejan ver en la pantalla, como Tom Hiddleston, Brie Larson, John Goodman, pero hay dos actores que con su carisma hacen crecer a sus respectivos personajes por encima de la media del reparto y más allá de su parco desarrollo sobre el papel: John C. Reilly y Samuel L. Jackson.

Las referencias cinematográficas que se entremezclan son muy variadas. Por un lado, la puesta en escena de los helicópteros es un guiño claro a Apocalypse Now. Por otra parte, la combinación de tema militar combatiendo contra monstruos en la selva nos remite a Depredador. Y en general, el marco en que se desarrolla la acción tiene un aire a la saga de Jurassic Park. Además de los efectos digitales de primera línea, que recrean fantásticamente unos animales antediluvianos miméticos con el paisaje, hay que tener en cuenta que la fotografía de Larry Fong y la música de Henry Jackman, consiguen una atmósfera poderosa que le aporta mucha fuerza visual a la película. L.Fong ha sido el responsable de la fotografía en títulos como 300, Super 8, o Watchmen. Por su lado H.Jackman cuenta en su filmografía con las partituras de X-Men: primera generación, Kick-Ass, o Rompe Ralph, por citar algunos ejemplos.

El director es Jordan Vogt-Roberts, un realizador forjado en la televisión para el que Kong: la isla Calavera supone su segundo largometraje en cine tras The kings of summer, en 2013. Esta vez ha conseguido una entretenida película de aventuras, muy palomitera, y con una interesante escena postcréditos. Tiene varios golpes de humor, que funcionan unos mejor que otros, buen ritmo narrativo, y un cierto mensaje ecologista de trasfondo sobre las consecuencias de alterar el equilibrio natural de un ecosistema.

domingo, 5 de marzo de 2017

Palafox, fundido encadenado

Hace diez años varias salas clásicas de Madrid cerraban sus puertas. Los cines Benlliure, Avenida o Tívoli, dejaban de albergar al séptimo arte para dar paso a otras actividades. Esta semana ha vuelto a ocurrir con uno de los últimos bastiones del cine a la antigua usanza que quedaban en Madrid: el cine Palafox. Y su despedida ha sido por todo lo alto, con la grandeza de los tiempos dorados de Hollywood. Durante la última semana de febrero se proyectaron varios títulos clásicos. Particularmente no me quise perder la fiesta, así que acudí con unos amigos a ver una vez más en pantalla grande Blade Runner, de la cual se estrenará su tardía secuela el próximo mes de octubre. Otros títulos míticos que han desfilado por la pantalla esta semana han sido Lawrence de Arabia, Con faldas y a lo loco, Casablanca, Memorias de África, por citar algunos ejemplos. Una exquisita selección de películas para cerrar una etapa de la vida con broche de oro.

La mítica sala 1 de los cines Palafox, ha sido testigo de innumerables eventos relacionados con el mundo del celuloide, como preestrenos, pases de prensa, la gala anual de premios del CEC (Círculo de Escritores Cinematográficos), en fin, toda una historia vinculada a la magia de la gran pantalla que ahora toca a su fin. Sin embargo, la buena noticia es que no se trata de un fundido a negro, sino de un fundido encadenado, puesto que sus puertas reabrirán para seguir proyectando películas, pero de otra manera, con otro concepto. Una nueva era cinematográfica comenzará su andadura tras reformar el clásico espacio. El espectáculo debe continuar.


miércoles, 1 de marzo de 2017

Óscar 2017: ensalada de productores en escena

Si por algo va a ser recordada la gala de los Óscar de este año, será por el error garrafal cometido en el momento de dar el premio a mejor película. Warren Beatty y Faye Dunaway, los otrora protagonistas de Bonnie & Clyde, salen al escenario para abrir el sobre del film ganador. Es el momento más esperado de la noche. Warren abre el sobre y hace un gesto dubitativo. No sabemos si está de broma, o si ocurre algo raro. Entonces se lo pasa a Faye para que diga el título ganador, y ella nombra a La la land. Los productores suben al escenario a recoger su premio y, mientras hablan, se percibe un cierto revuelo detrás de ellos. Entonces son interrumpidos, porque parece ser que ha habido una equivocación con el sobre, y la ganadora en realidad es Moonlight. Hay cierta confusión en cuanto a si es una broma o no. Finalmente, es cierto y los productores de Moonlight suben también al escenario. ¡Menudo follón! Entre agradecimientos de unos y explicaciones y disculpas por lo ocurrido de otros, concluye la gala de una forma un tanto atropellada, con muchos productores en el escenario, que uno ya no sabe quiénes corresponden a qué película.

Por lo demás, la gala hasta ese momento transcurrió con un ritmo muy fluido, en un tono lúdico y desenfadado y una puesta en escena muy espectacular, propia del mejor estilo de Hollywood. Jimmy Kimmel resultó un eficaz maestro de ceremonias y Justin Timberlake se encargó de abrir la noche cantando y bailando por toda la sala, secundado por todos los astros de la pantalla allí congregados. La irrupción de un grupo de turistas en el auditorio, así como palomitas de maíz caídas del cielo en paracaídas, fueron acertados golpes de efecto para amenizar la velada. Los premiados fueron comedidos, en general, en sus discursos de agradecimiento, salvo Viola Davis como mejor actriz de reparto, que se emocionó un poco más de la cuenta.

En la distribución de premios se ha repetido un esquema que ya viene siendo habitual en los últimos años, que es premiar a la favorita con mayor número de estatuillas, pero conceder el premio a mejor película a aquella que sea minoritaria de público y trate algún tema de calado social. Este año La la land se ha quedado con seis Óscar, mientras que Moonlight se alzaba como vencedora con tres. El año pasado Spotlight ganó con dos, y en 2014 y 2013 también ganaron con tres galardones 12 años de esclavitud y Argo, respectivamente.

PALMARÉS COMPLETO