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lunes, 25 de octubre de 2021

Luca, el «sirenito» en un pueblo italiano

 


Una historia de amistad entre dos mundos


Aventuras de seres marinos con apariencia humana en tierra hay varias y de distinta índole. Por ejemplo, Splash, de Ron Howard, con Tom Hanks y Daryl Hanah sobre una sirena que fuera del agua tiene piernas y se mezcla entre los humanos en Nueva York en los años 80. El primer bombazo de Disney en los 90 fue La sirenita, en la que nos metemos en el contexto de los cuentos de hadas con brujas, príncipes y princesas, de manera que la sirenita Ariel quiere conocer a un príncipe humano y le entrega su voz a la bruja Úrsula para que le conceda piernas y pueda vivir en tierra.

Este año Pixar nos lleva a un pueblo de pescadores italiano en cuyos fondos marinos habitan unos seres que se transforman en humanos cuando se secan. Se trata de Luca, un cuento ambientado en el costumbrismo italiano de los años 50, cuando las motos Vespa causaban furor. Luca y Alberto son dos monstruos marinos adolescentes que anhelan recorrer el mundo en una Vespa. En el camino se cruzarán con Giulia, una chica del pueblo muy entusiasta y optimista que es infravalorada por varias personas del pueblo, especialmente por el prepotente, chulo y abusón Ercole.

Una historia muy positiva y colorista sobre la amistad, la familia, la superación personal y la aceptación de uno mismo cuando uno se siente diferente a los demás, a través de tres adolescentes que buscan su lugar en el mundo al sentir que no encajan donde les ha tocado vivir. Luca es el debut en la dirección de largometraje de Enrico Casarosa tras haber dirigido el corto La Luna y con una trayectoria profesional como artista de «storyboard» en  grandes títulos de Pixar como Up, Ratatouille y Coco, y anteriormente en las producciones de Blue Sky, Robots y Ice Age.

lunes, 11 de octubre de 2021

Cruella, la chica del pelo bicolor

 


Duelo de Emmas, Stone versus Thompson


Tras el éxito de Maléfica, un «spin off» de La bella durmiente a mayor gloria de su villana, la bruja, Disney vuelve a dedicar una película a otra de sus malvadas, la carismática y estrafalaria Cruella Devil, la mala del clásico 101 dálmatas. Bajo el título Cruella, esta producción dirigida por el interesante director australiano Craig Gillespie, artífice de títulos peculiares como Yo, Tonya o Lars y una chica de verdad, en las que hace gala de una particular mezcla de humor y drama que también imprime en esta nueva producción Disney. Cuando a un director más habitual del cine «indie» y con un marcado estilo personal, se le dan las riendas de una superproducción más encorsetada en ciertos cánones, el resultado suele ser bastante bueno porque vemos lo que se espera de este tipo de producciones pero con un toque de distinción respecto a otras similares, y eso es lo que ocurre en este caso.

Se nos presenta a la protagonista como una niña que nace diferente por tener la mitad del pelo negro y la otra mitad blanco, lo cual ya le hace ser diferente en el colegio, pero además, la muchacha presenta un carácter rebelde y explosivo, así como una gran vocación por el mundo de la moda. Tras perder a su madre de manera trágica, deambula por las calles de Londres y se junta con dos rateros con los que forma al cabo de los años, una extraña familia de carteristas. Sin embargo, su sueño sigue siendo entrar en el mundo de la moda, un sector dominado por La Baronesa, una mujer con aires de gran diva, egocéntrica, narcisista, prepotente, que cree estar por encima del bien y del mal, un personaje muy en la línea del encarnado por Meryl Streep en El diablo viste de Prada.

A nivel humanístico resulta interesante la relación que la protagonista mantenía con su madre y cómo esta era la que aportaba equilibrio al genio creativo de su hija. Orfandad, venganza, amistad, ambición, son varios temas interesantes que se entremezclan en la composición de los rasgos distintivos del personaje protagonista.

La acción transcurre en los años 70 y eso permite al director aderezar el conjunto del filme con una potente selección de grandes éxitos musicales de la época, que junto con una estética muy sofisticada, pues se trata del mundo de la moda, le da un ambientación muy característica a la película. Las estrafalarias apariciones de Cruella en público recuerdan en cierto modo al Joker de Jack Nicholson en Batman (Tim Burton, 1989). La protagonista es interpretada por Emma Stone y La Baronesa por Emma Thompson, ambas haciendo suyos sus respectivos personajes y dotándolos de gran carisma y fuerza en pantalla. Con estas interpretaciones, la música, la estética, el fluido ritmo narrativo y la hábil mezcla de comedia y drama, Cruella resulta ser un cóctel potente, delicioso y muy entretenido.