Hemos vivido en los últimos meses un nuevo episodio mediático en torno la enfermedad del Ébola, un virus letal de origen africano también conocido como fiebre hemorrágica. Comienza con síntomas muy generales, como fiebre alta, dolor de cabeza, vómito, debilidad, etc. Este virus lo que provoca son hemorragias internas con daños irreversibles a distintos órganos, por lo que el organismo se va degradando hasta producir la muerte del paciente. El primer caso detectado data de 1976 en Zaire. Es una enfermedad que está ahí sin que nadie hable de ella hasta que hay un brote más descontrolado de lo habitual. Entonces se hace mediático y salta la alarma social.
En los años 90 hubo un episodio de alerta parecido al de ahora y Hollywood se hizo eco de ello. Por aquellos días se vivía en la meca del cine un revival del género de catástrofes que había sido moda en los años 70, así que una supuesta pandemia de un virus mortal era un buen argumento para una producción hollywoodense del momento. El título del film es Estallido (Outbreak, 1995), dirigida por Wolfgang Petersen, el aclamado cineasta alemán artífice de El submarino y La historia interminable.
En un pueblo africano se detecta un brote de un virus mortal al que llaman Motaba, y el ejército estadounidense ordena borrar del mapa el poblado para erradicar la amenaza. Años más tarde surge otro brote de Motaba y esta vez llega a Estados Unidos a través de un mono portador del virus que ha sido capturado ilegalmente por traficantes de animales exóticos. Un equipo de biólogos moleculares militares se encarga de dar caza al microscópico enemigo.
La película mezcla hábilmente el género de catástrofes con la investigación científica, las conspiraciones militares y la acción en una carrera contrarreloj para dar caza al virus. Además el reparto está lleno de caras conocidas. Protagoniza Dustin Hoffman como el biólogo al mando de la investigación. Rene Russo es su colega de trabajo y ex-mujer. Les secundan Kevin Spacey como miembro veterano del equipo, Cuba Gooding Jr como un novato en el trabajo de campo, Donald Sutherland en el rol del despiadado oficial que ordenó la erradicación años atrás y Morgan Freeman encarnando al oficial que colaboró con el personaje de Sutherland en el pasado y es el jefe de Hoffman en el presente.
El Ébola se transmite por los fluidos orgánicos como sangre, sudor o saliva. La diferencia entre el virus real y su versión cinematográfica, el Motaba, es que para la gran pantalla se toman la licencia de que el virus mute y se haga transmisible por el aire, lo cual permite que la propagación de la epidemia sea más rápida y la película más trepidante. Algunas de las fotografías del virus Motaba que se ven en el film, son imágenes reales del Ébola.
Estallido no pretende ser una gran película con mensaje, sino un mero entretenimiento y eso lo consigue con creces. Sin embargo el hecho de que un film refleje con verosimilitud el trabajo científico le da un punto de interés por encima de la media de este tipo de producciones sobre pandemias y amenazas apocalípticas.
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