Los polis más colegas y más «cool» de los 90 han estado de vuelta en la cartelera en 2020, Bad Boys for life, tercera entrega de la saga iniciada por Michael Bay en 1994, estrenada en España como Dos policías rebeldes. De hecho, fue su debut en el largometraje tras una larga trayectoria de cortos y videoclips musicales. Esta vez, le toman el relevo los directores Adil El Arbi y Billal Fallah, bajo la producción nuevamente del equipo de Jerry Bruckheimer. En los créditos se puede ver que han incluido la presentación antigua en la que son Don Simpson y Jerry Bruckheimer los productores, que fueron ambos los responsables de la primera parte. Tras la muerte de Simpson durante la producción de La Roca, cuando sacaron la segunda película de Bad Boys, lo incluyeron también como homenaje, y ahora han hecho lo propio en esta tercera entrega.
El humor a costa de la edad de los personajes y del relevo generacional es previsible pero efectivo, y tanto Will Smith como Martin Lawrence siguen emanando carisma y transmitiendo buen rollo, fruto de la buena química entre ambos. Acción a raudales, tiros, explosiones, y una trama que remite al pasado del personaje de Will Smith, pero un pasado anterior incluso a la primera película, que la hace más interesante de lo que cabía esperar y le da un toque emocional al conjunto. Es por tanto, una secuela con cierto aire a precuela.
En fin, muy entretenida, muy fresca, muy trepidante, muy «cool».
Y con el buen rollo de esta reseña os deseo a todos un feliz Año Nuevo, un 2021 cargado de buen cine.
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