Pues sí, el padre de la criatura ha vuelto. James Cameron cedió en su momento los derechos sobre su icónico personaje, Terminator, con lo que otros realizaron las secuelas Terminator 3: la rebelión de las máquinas, Terminator Salvation y Terminator Genesis. Ha pasado el tiempo y ha recuperado el control sobre su personaje. Al no estar conforme con esas secuelas, lo cual me parece bastante lógico, ha decidido obviarlas y hacer él mismo la secuela de su mítica Terminator 2: el juicio final (1991). El resultado es Terminator: destino oscuro (Terminator: dark fate), en la que él asume las labores de producción y ha dejado la dirección a Tim Miller, responsable de Dead Pool. Ya a principios de año nos sorprendía con otra producción de ciencia ficción, Alita, dirigida por Robert Rodríguez.
Terminator: destino oscuro se trata de una continuación en toda regla de Terminator 2. El inicio es muy impactante, por lo que no voy a contar nada para no hacer «spoiler», y te mete de lleno en la trama. Hay elementos que se apuntaban en la anterior entrega que se retoman en esta, como el hecho de que los Terminator tienen un sistema de aprendizaje, de manera que cuanto más contacto tienen con los humanos, más aprenden. Volvemos a ver repartir estopa a Sarah Connor y al T-800, es decir, a Linda Hamilton y a Arnold Schwarzenegger en la piel nuevamente de sus míticos personajes. Para el relevo generacional han fichado a Mackenzie Davis, conocida por la serie de TV Halt and catch fire y en cine por Blade Runner 2049, en el personaje protector, así como a Gabriel Luna, en el rol del Terminator malo, y Natalia Reyes como una chica mexicana que es el nuevo objetivo de los Terminator. En papeles muy secundarios podemos encontrar dos rostros conocidos del cine español: Tristán Ulloa y Alicia Borrachero.
Me ha gustado porque juega con conceptos que no se habían visto antes, como por ejemplo, qué pasa si un Terminator cumple su misión y nadie termina con él. Al final de la segunda parte decía el T-800 que debían bajarle a la caldera porque no podía autoterminarse. En esta ocasión, tal como se ve en el tráiler y en el cartel, vemos a Schwarzenegger envejecido. Por dentro es una máquina pero por fuera es tejido vivo, así que es lógico que el aspecto externo envejezca pero pueda seguir repartiendo estopa como siempre. Por otra parte, si en la anterior entrega se cargaban el proyecto que daba lugar a Skynet, es lógico que hayan cambiado el futuro y la línea narrativa tome otra dirección. En fin, son varias cosas que están presentes en Terminator: destino oscuro y que me parecen muy interesantes, a pesar de que también tiene sus detractores. A mí, personalmente me ha gustado.
Mucha acción, ritmo trepidante, secuencias muy bien diseñadas y planificadas, muy entretenida, muy espectacular, una película de James Cameron, aunque no la firme como director. Al igual que en las producciones de Spielberg, en las de Cameron la sombra del productor también es alargada.
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#terminatordestinooscuro
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