Recuerdo un reportaje a finales de los noventa, cuando George Lucas iba a reestrenar la trilogía original de Star wars con nuevas imágenes digitalizadas antes de iniciar la nueva trilogía con los episodios 1, 2 y 3, en el que varios cineastas consagrados opinaban sobre cómo les influyó en su momento el estreno de La guerra de las galaxias en 1977. Uno de ellos era Ridley Scott, que dijo algo así como que eso no iba con él, porque estaba en otra onda distinta, ya que estaba preparando la que fue su ópera prima, Los duelistas, que se desarrollaba en la época de las guerras napoleónicas, pero curiosamente, sus dos siguientes películas fueron Alien y Blade runner. Ahora vuelve a esa época de sus inicios con el propio protagonista de las guerras napoleónicas, es decir, Napoleón Bonaparte, en una película que lleva su nombre: Napoleón.
Aunque nunca dejó del todo la ciencia ficción, ya que volvió a ella a con Prometheus o Alien covenant, sí es verdad que las historias épicas de otras épocas siempre le han fascinado, como ya ha demostrado en Gladiator o El reino de los cielos. Ahora con Napoleón vuelve a trabajar con Joaquin Phoenix, con quien ya había trabajado en Gladiator, como protagonista absoluto de la película y realmente ha conseguido un nuevo gran espectáculo cinematográfico épico con imágenes muy impactantes. La película transcurre entre 1793 y 1815 y tiene, digamos, como tres partes temáticas de la vida de Napoleón. Por un lado, la parte política, luego la parte personal de su relación con Josefina y por otro lado, las gestas heroicas, las batallas épicas, que son lo que dan el gran espectáculo visual de esta película. Estos tres temas se van alternando a lo largo de dos horas y media de metraje con ciertos vaivenes en el ritmo narrativo, pero en general, se mantiene bastante bien el interés durante las dos horas y media.
Creo recordar que fue Francis Ford Coppola quien dijo una vez que para tener una buena película necesitas dos grandes momentos y colocar uno al principio y otro al final, para arrancar la historia atrapando al espectador y luego, al final, para dejar con buen sabor de boca. Lo que pase entre medias tiene una importancia relativa. Esto fue por lo que en Apocalipsis now empieza, digamos, por el final, con una gran explosión. En el caso de Napoleón tenemos realmente tres grandes batallas que son de un impacto visual importante; una al principio, la de Tolón, en la que los franceses toman un fuerte custodiado por los ingleses, luego hay otra al final, que es la famosa de Waterloo, y entre medias tiene otra batalla, la de Austerlitz, en la que se tiende una emboscada a los enemigos en un lago helado, que es realmente muy impactante.
La parte política de la historia se toca de manera superficial, pero lo suficiente para que el espectador sepa en cada momento quién es el amigo y enemigo de Francia, ya que era una época en la que las alianzas y conflictos entre países europeos eran muy cambiantes, y quien hoy era tu amigo, mañana podía ser tu enemigo y viceversa. Respecto al matrimonio con Josefina, se transmite bien la difícil y complicada relación que tuvieron y al mismo tiempo, la unión emocional que mantuvieron toda la vida. Josefina es interpretada con gran carisma por Vanessa Kirby, a la que pudimos ver este verano en Misión: Imposible, Sentencia mortal. Y finalmente, las batallas son el plato fuerte de la película, donde Scott despliega todo su poderío visual y su veteranía dirigiendo este tipo de escenas.
La película ha generado cierta controversia por las licencias artísticas que se ha tomado faltando al rigor histórico, pero si Scott en Gladiator, fue capaz de hacer que un personaje histórico como el emperador Cómodo, muriese en la arena del Coliseo a manos de un personaje ficticio, el gladiador Máximo, y la película no solo arrasó en su momento, sino que 23 años después de su estreno sigue siendo aclamada como una gran película, ¿qué se espera ver en Napoleón? Es una película de Ridley Scott, disfruten del espectáculo.
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