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domingo, 30 de abril de 2017

Sin riesgo no hay gloria, una reflexión sobre Star Wars

Llega mayo y se cumplen cuarenta años del estreno de La guerra de las galaxias (Star Wars), sin duda un punto de inflexión en la historia del cine. Cualquier cosa que pueda decir sobre la película se habrá leído en un montón de sitios más, y básicamente todo aquel interesado en el tema posiblemente sepa más que yo en esta materia. Pero ya que este es un blog de cine debo decir algo al respecto, y también como seguidor de la saga, así que como no voy a descubrir la pólvora aportando información sobre el filme, me voy a permitir hacer una pequeña reflexión personal sobre el impacto que tuvo en su momento cuyos ecos resuenan hoy en día e incluso sigue generando secuelas.

Año 1977. En España José Luis Garci estrenaba su opera prima Asignatura pendiente. En los títulos que llegaban de Hollywood destacaban títulos como Annie Hall, de Woody Allen, que acabaría siendo la ganadora de los Oscar, Fiebre de sábado noche, que catapultaría a la fama a John Travolta, nuevas entregas de sagas de éxito como Aeropuerto 77 ó La espía que me amó, una de las más destacadas de la saga Bond. Ridley Scott debutaba como director con Los duelistas. Spielberg estrenaba Encuentros en la tercera fase, muy esperada tras el éxito de Tiburón dos años antes. En este contexto de películas en las que prima el retrato social y el realismo, incluso el filme de Spielberg siendo de ciencia ficción hacía un retrato muy significativo de la sociedad de la época con personajes corrientes viviendo una experiencia extraordinaria, parecía que una historia de fantasía y ciencia ficción sobre galaxias lejanas con caballeros, princesas y androides no encajaba en lo que se llevaba en ese momento. Una apuesta arriesgada por parte de un joven George Lucas que firmaba con este su tercer largometraje tras THX1138 y American graffiti. Sin embargo, la respuesta del público fue rotunda y el éxito sin parangón. Todos sabemos lo que ocurrió después.

Esto me lleva a reflexionar sobre en qué piensan los cineastas actuales. Muchos se hacen gala de ser grandes fans de la saga y sueñan con hacer películas bien dentro de la propia franquicia o bien realizando otras historias similares. Pero la cuestión es si realmente estos supuestos sucesores de Lucas lo son en realidad o no. El estreno de Star Wars hace cuarenta años se hizo con un espíritu renovador, innovador, a contracorriente, y creó nuevos iconos para la historia del cine. ¿Dónde está ese espíritu innovador en las producciones de hoy en día? Incluso con la nueva trilogía, El despertar de la fuerza, vaya por delante que la disfruté y está muy bien realizada técnicamente, resulta ser una película retro, suena todo a «ya visto». Incluso se permiten concesiones a lo políticamente correcto del momento en cuanto a la elección de los personajes protagonistas: la chica guerrera, que parece la hija de Mad Max, y el chico negro haciendo de soldado con problemas de conciencia. ¿Dónde ha quedado el espíritu rebelde de hacer algo distinto, de no claudicar a los cánones del momento, de arriesgarse a cambiar las cosas? La historia de la nueva trilogía ocurre unos treinta años más tarde desde la caída del imperio. ¿No podría ser una buena ocasión para retratar un universo distinto y ver a los protagonistas anteriores envejecidos adaptándose a un nuevo mundo? Sin embargo, Rogue One, estando en principio más limitada para innovar por su necesidad de continuidad en el universo ya conocido, resulta más fresca por ofrecer escenarios nuevos y un tono de película de comandos distinto al de la saga original.

En resumen, quiero dar mi homenaje a Star Wars, pero no desde el punto de vista meramente de seguidor de las películas y sus personajes, sino más bien quiero brindar por el espíritu rebelde que impulsó el proyecto nadando contracorriente. Por los creadores que arriesgan, que se la juegan por algo en lo que creen, sin importar si el momento es o no el adecuado, o si se deben hacer concesiones a la corrección política de la época. Por aquellos que intentan hacer algo nuevo, aunque siempre los temas universales son los que son. Ni siquiera Star Wars era algo nuevo, pues bebía de fuentes como los seriales de ciencia ficción de los años treinta y las leyendas artúricas, pero fue capaz de ofrecerlo de otra manera. No hay nada nuevo bajo el sol, es cierto, pero hay quienes se acomodan a que «todo está inventado» y no les importa que suene a lo de siempre, mientras que otros a pesar de ser conscientes de que no van a reinventar la rueda, se esfuerzan en presentar lo mismo de toda la vida bajo otra mirada, aportando una entidad propia y una bocanada de aire fresco.

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