Entre el drama y la comedia
La directora sueca Sanna Lenken dirige la película Pequeña reina, abordando un tema delicado como es el de pasar el duelo por la muerte de un ser querido. Una mujer se suicida dejando un marido una hija de trece años. La niña decide que no quiere ser como su madre y se marca unos hábitos que no quiere aceptar, aquellos que ella considera que han sido la causa de la muerte de su progenitora, sin pararse a pensar si está equivocada o no. Por otro lado, el padre de la niña está totalmente afligido por la pérdida de su mujer y no lo oculta, pasando a ser una sombra de lo que fue, así que su hija decide que quiere convertirse en una reina de la comedia para hacer que su padre vuelva a sonreír.
La película se mueve en un terreno muy complicado al tratar de llevar con humor una tragedia sin desdramatizar lo duro de la situación, y consigue ese maravilloso equilibrio con momentos muy cómicos y otros muy emocionantes, con unas interpretaciones estupendas de sus actores. En cierto modo recuerda un poco a Juno, en el sentido de cómo aborda un tema serio desde el prima de una adolescente.
Pequeña reina es una película aparentemente sencilla, pero más complicada de lo que parece por lo difícil que es conseguir lo que vemos en pantalla, ese mágico equilibrio entre drama y comedia, además de un ritmo narrativo impecable.
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