Cartel de la película Ferrari |
Todos lo grandes negocios pasan por momento complicados, y del expiloto y empresario Enzo Ferrari, no iba a ser una excepción. Diez años después de fundar su marca de coches junto a su esposa, atraviesa un crisis que a punto estuvo de llevar a la quiebra el negocio. Además, el matrimonio atravesaba un momento personal de distanciamiento por la pérdida de su hijo, mientras que Enzo mantenía en secreto a otro hijo con otra mujer. Este momento crucial de la icónica marca de automovilismo es retratado en el entretenido biopic Ferrari, de Michael Mann.
El director de títulos como Heat, Collateral o El último mohicano, ya había trabajado como productor ejecutivo en otra película sobre la historia del mundo automovilístico relacionado con Ferrari, en Lemans 66, dirigida por James Mangold. Ahora Mann dirige él directamente este biopic con Adam Driver en la piel del magnate de la automoción, Penélope Cruz como su esposa y socia en la empresa, y Shailene Woodley como la madre de su hijo ilegítimo.
Las escenas de las carreras de coches son vibrantes, como cabía esperar del director, y en cuanto a las escenas más de relaciones humanas entre los personajes, destacan en intensidad aquellas protagonizadas por el matrimonio Ferrari, con el tour de force entre Adam Driver y Penélope Cruz. No es la primera vez que Mann trabaja con actores españoles, ya dirigió a Javier Bardem en Collateral y a Luis Tosar en Corrupción en Miami.
Una película interesante sobre el automovilismo y el mundo de los negocios y los emprendedores, que resulta vibrante en ocasiones, menos intensa en otras, pero que en general, goza de buen ritmo y resulta muy agradable de ver.
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