No obstante, para ser justos, trataré de hacer un análisis lo más objetivo posible. Hay que reconocer que no es una película redonda, objetivamente hablando. El propio Spielberg tiene títulos más potentes en su dilatada filmografía. Creo que se le pueden achacar dos carencias principalmente. Una es que tiene muchos detalles que para cinéfilos poseen un gran valor, pero que para el gran público que la vea como una película más, quizá no le digan nada. Por otro lado, falta un objetivo en la estructura narrativa que nos conduzca hacia un clímax final. Nos habla de la infancia y adolescencia de un niño que descubre su vocación por hacer películas, pero durante el metraje no está muy claro hasta dónde nos quiere llevar, simplemente pasan cosas en la vida de una familia y termina en un determinado punto como podría continuar más allá. Eso sí, esas cosas que pasan, están tan bien contadas visualmente, que es una delicia verlas.
En cuanto a puntos positivos que tiene desde un punto de vista más objetivo, creo que son indiscutibles la fotografía de Janusz Kaminski, la atención al detalle y puesta en escena de Spielberg, las interpretaciones de casi todos los actores, pero especialmente de Michelle Williams, y la ambientación de época de los distintos años que recorre la trama de la película.
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