La espía roja es una producción británica sobre la historia real de una científica inglesa que siendo ya octogenaria fue detenida por el MI5 bajo la acusación de traición al haber cedido información confidencial a los rusos tras la II Guerra Mundial, cuando ella era una brillante estudiante de física en la Universidad de Cambridge, que se rodeaba de compañeros de ideología comunista.
Tiene gracia que la protagonista, acusada de ser espía para los rusos, sea interpretada por Judi Dench, que encarnó a M, la jefa del MI6 en la saga de James Bond. La versión joven del personaje recae sobre Sophie Cooks, que también viene del cine de espías con las dos entregas de Kingsman. Les secundan de manera destacada Stephen Campbell Moore, en el rol del profesor que recluta a la protagonista para su equipo de investigación, y los amigos más allegados a ella interpretados por Tom Hughes y Tereza Srbova.
Trevor Nunn dirige el filme en un tono de corte clásico, con un correcto ritmo narrativo y una pulcra y elegante puesta en escena. La película plantea un interesante análisis, ya que no solo se trata de juzgar sus acciones del momento, sino que sus motivaciones y las consecuencias de sus actos se pueden ver con perspectiva histórica, lo cual abre más frentes para el debate. El hecho de centrar la lucha de la II Guerra Mundial en el terreno de la ciencia y no en el militar, trae reminiscencias de The imitation game, aunque la trama es bien distinta.
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