El arranque de la película es toda una declaración de intenciones y hace honor a su título. Un misántropo es aquel que practica la misantropía, es decir, la aversión a la gente, al ser humano en general, y la historia comienza con un francotirador que asesina indiscriminadamente a 29 personas en la noche de Fin de Año durante los fuegos artificiales, para camuflar el sonido de los disparos.
Estamos en una sociedad con mucho acceso al conocimiento, mucha competitividad que aboca a la gente a formarse, pero se han perdido muchos valores éticos, dando como resultado un sistema frío y deshumanizado, lo cual hace que aparezca gente sin escrúpulos con capacidad para hacer mucho daño cuando siente que el sistema le ha fallado, algo que quizá, como sociedad, deberíamos hacernos mirar. Hay muchas películas que ponen este tema de relieve, como Un día de furia, por ejemplo, o La Roca, El silencio de los corderos, o varios de los villanos de la saga de 007, gente muy inteligente que acaban siendo los juguetes rotos de un sistema implacable, y que si no tienen ciertos principios por sí mismos, o les posee un afán revanchista contra dicho sistema, se vuelven muy peligrosos para la gente corriente. Misántropo trata este tema con firme pulso narrativo, buenos intérpretes y algún giro interesante de guion.
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