La ballena (The whale) es un potente drama sobre el deterioro de un profesor de universidad online que sufre de obesidad mórbida. En principio puede parecer que todo gire en torno al protagonista, pero los secundarios a su alrededor también tienen unos perfiles de gran calado dramático componiendo entre todos un pequeño mural de almas rotas buscando la redención.
No obstante, todo gira en torno al protagonista, ya que los dramas ajenos también están relacionados con él, pero todos los personajes tienen una fuerte entidad y son representados por muy buenas interpretaciones de sus respectivos actores. Brendan Fraser se alzó con el Óscar a mejor actor principal por esta película, totalmente merecido, así como también merecido es el premio a mejor maquillaje, la otra pieza que junto con la intensa interpretación de Fraser, compone el sólido personaje protagonista. La película tenía una tercera nominación en la categoría a mejor actriz de reparto para Hong Chao, en la que finalmente fue ganadora Jamie Lee Curtis por Todo a la vez en todas partes.
Dirige Darren Aronofsky, que ya nos demostró su gusto por explorar los rincones oscuros del alma con títulos como Cisne negro o Noé. El tono de la película quizá sea menos oscuro que el de esas otras, pero el calado dramático de los temas que toca es igual de extremo. Además, está grabada en formato 4:3, es decir, con la pantalla cuadrada en vez de panorámica, con lo cual el espectador ve reducida la pantalla igual que el protagonista ve reducido su mundo encerrado en su pequeño apartamento.
La película es la adaptación cinematográfica de la obra de teatro homónima de Samuel D. Hunter, quien también se encarga de la adaptación del guion.
Además, La ballena entra dentro de lo que son las películas de un solo escenario, el apartamento del protagonista en este caso, como muchos otros títulos tales como La soga, de Alfred Hitchcock, o Un dios salvaje, de Roman Polanski, por citar dos ejemplos.
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