El director japonés Hirozaku Kore-Eda, responsable de Nuestra hermana pequeña y Después de la tormenta, continúa explorando las complicadas relaciones afectivas familiares, con especial atención a la figura paterna, esta vez en clave de thriller, con El tercer asesinato. Un hombre acusado de homicidio, es defendido por un abogado cuyo padre es el juez que condenó al acusado por otro asesinato treinta años atrás.
El hilo conductor de la historia es la investigación de los abogados para preparar la defensa, lo que plantea un debate ético muy interesante sobre qué debe primar en el objetivo de las pesquisas: la verdad o la estrategia legal para ganar el juicio. A la postre, el resultado de la investigación, si es inocente o culpable, que normalmente es lo importante en las películas de este género, en este caso casi es lo de menos, ya que Kore-Eda ha cambiado de escenario, pasando de un marco de relato costumbrista a la investigación de un crimen, pero lo que pesa de verdad, lo que le sigue interesando al director, es la exploración del alma humana, con sus dilemas morales y sus controvertidas relaciones interpersonales.
Y todo esto es expuesto con un tratamiento cinematográfico impecable, partiendo de una puesta en escena elegante, un ritmo narrativo pausado, como suele ocurrir en la cinematografía japonesa, y varios planos de gran belleza poética cargados de simbolismo. Todo el conjunto se ve amenizado por una partitura musical de piano maravillosa a cargo del compositor italiano Ludovico Einaudi, que cuenta en su filmografía con títulos como Intocable o El maestro del agua.
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