La caída espiritual de un actor marcado por un intenso conflicto familiar, es el argumento de Flow, una película original, insólita, arriesgada y profundamente emocional. Un film rodado en nueve días con un equipo técnico de nueve personas. Toda una proeza que demuestra cómo hacer buen cine con pocos medios, con mucho que contar y con buenas ideas de cómo plasmarlo. A través de los personajes interpretados por el actor en el teatro, todos ellos reconocibles, se narra la evolución emocional del protagonista en su viaje al interior de sí mismo.
Flow es un drama existencial, un viaje a lo más profundo de un hombre cuya vida ha sido brutalmente arrasada. El descenso a los infiernos de un alma desgarrada, atormentada y desorientada. Tal como clama la frase promocional: "un film de acción interior".
Actores de renombre como Concha Velasco, Lluis Homar o Emilio Gutiérrez Caba, han prestado sus voces para algunos personajes secundarios que no aparecen físicamente en pantalla, sino que irrumpen en la historia sólo con la voz. Además de la vigorosa interpretación de Juan del Santo como protagonista absoluto, caben destacar, como elementos que añaden valor y ayudan a dar cuerpo al conjunto del film, una poderosa partitura musical de Alberto Torres y un gran trabajo de localización de exteriores con magníficos paisajes naturales.
El año pasado en la gala de premios de Cinemanet tuve ocasión de conocer a Juan del Santo y David Martínez, que presentaban Flow, el debut como protagonista de uno y opera prima como director del otro, siendo ambos coguionistas y coproductores del film. El trailer de esta película me resultó tan sugerente que le dediqué un post en este mismo blog.
Un año después Flow llega a las salas comerciales tras un intenso periplo por diferentes festivales internacionales, que se ha saldado con un palmarés de 8 premios, 3 de los cuales han sido a mejor actor para su protagonista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario