
Supongamos que Los Goonies en vez de tener una aventura de piratas la tuviesen con un extraterrestre. Con eso nos hacemos una idea de más o menos lo que nos podemos encontrar en Super 8, una película dirigida por J.J. Abrahms, responsable del último Star Trek, y producida por el mismísimo Steven Spielberg que vuelve con este film a su universo de ilusión, aventura y fantasía que tanto explotó con éxito en los años 80, unas veces como director y otras como productor.
En un pueblo de Estados Unidos en el año 1979, un grupo de adolescentes está rodando un cortometraje de zombies con una cámara de super 8. Entonces ocurre ante sus narices un aparatoso accidente en que descarrila un tren de mercancías que alberga un importante secreto militar el cual queda grabado en la cámara de los chicos.
Los jóvenes protagonistas son desconocidos y con poca experiencia, salvo Elle Fanning, pero lo hacen muy bien. Se les ve cómodos y desenvueltos en sus repectivos roles.
Super 8 es una gran película. Un film de ciencia ficción en que las relaciones humanas priman sobre el espectáculo de los efectos especiales, que por cierto son bastante buenos.De hecho posee la fórmula que tanto gusta a Spielberg y que tantos éxitos le ha dado: mostrar a personas cotidianas en situaciones extraordinarias.Tan sólo se le puede poner como pega un desenlace algo precipitado, pero que no afecta de forma relevante al buen sabor de boca que deja la película en su conjunto, y es que al final la trama del alienígena es lo de menos, lo verdaderamente interesante son las distintas subtramas que ocurren en torno a los conflictos entre los personajes.
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