Prueba de fuego (Fireproof, Alex Kendrick 2008) cuenta la historia de un bombero al borde del divorcio, que con la ayuda de su padre lucha por reconquistar a su mujer y salvar su matrimonio.
Un melodrama bastante sólido de bajo presupuesto, cuya factura de telefilm no le impide tener momentos de gran emoción y algunos puntos de comedia muy divertidos. El tono dramático de la historia tiene reminiscencias a Grand Canyon (Lawrence Kasdan, 1991) y el entorno profesional en que se desarrolla, el cuerpo de bomberos, nos remite enseguida a Llamaradas (Backdraft, Ron Howard 1991), curiosamente ambas películas del mismo año. Más recientemente podemos encontrar referencias en World Trade Center (Oliver Stone, 2006) por el acercamiento explícito que hace a las creencias religiosas de los personajes para afrontar los problemas, aunque en mi opinión está mejor plasmado en esta cinta que en la de Stone.
Protagoniza Kirk Cameron, el ídolo de adolescentes en la serie Los problemas crecen en los años 80, cuya interpretación destaca notablemente en el conjunto de la película. La evolución de su personaje está muy bien trazada en el guión y el actor consigue transmitirla en la pantalla.
En la taquilla estadounidense ha sido un film muy rentable, ya que con un presupuesto de menos de un millón de dólares ha recaudado más de treinta. Sin embargo en España no ha pasado por las salas comerciales y la han estrenado directamente en DVD.
En definitiva una muestra de que con poco presupuesto se pueden hacer películas correctas que funcionan en taquilla, con momentos de tensión dramática, de comedia y de fuerte carga sentimental.
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