Pixar nos ha llevado al espacio en Wall-E y en Lightyear, y este verano nos propone una nueva aventura galáctica con Elio, un niño huérfano que se queda a vivir con su tía, la cual es una comandante del ejército que se dedica a controlar las órbitas de la basura espacial. Elio se siente perdido, no se ve encajando en ningún sitio y anhela desesperadamente que los extraterrestres lo abduzcan y se lo lleven a otro planeta. Y un día, se le presenta la ocasión de contactar de verdad con seres de otra galaxia.
La película es muy buena, tiene ritmo, es divertida y al mismo, tiene mucho mensaje. Los personajes tienen calado dramático suficiente como para tocar la fibra del espectador en temas como la paternidad, la orfandad, la amistad y la búsqueda de nuestro lugar en el mundo. Además, el conflicto del niño que no encaja está llevado de una forma muy particular, sin caer en los típicos clichés simplistas de soy rebelde y el mundo no me entiende. Va más allá de eso y se cuestiona realmente cuáles son las razones por las que se siente desubicado.
Hay una película de serie B ochentera titulada Starfighter, la aventura comienza, en la que un adolescente en la Tierra es reclutado a través de un videojuego en una máquina recreativa, para ir librar una batalla intergaláctica con seres de diferentes planetas. Algo de eso encontramos en Elio, aunque sin batallas, con contenido más interesante y menos predecible en el desarrollo de la trama. También nos puede traer la película reminiscencias de títulos como Encuentros en la tercera fase o Contact.
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