Tras el triunfo de Blancanieves en 2012, proclamada vencedora tanto de los premios del CEC como de los Goya, su director, Pablo Berger vuelve a la cartelera con Abracadabra, una comedia negra de tintes surrealistas con elementos de thriller y terror sobrenatural. Todo un mestizaje de géneros con el mismo equipo técnico y artístico de Blancanieves, cuyo resultado es inferior a su antecesora.
La trama versa sobre un matrimonio en crisis, que se ve envuelto en una truculenta historia a raíz de un incidente en la boda de su sobrino. Durante la celebración del banquete, el primo de la mujer, hipnotizador aficionado, realiza un función de hipnosis, a la que se presta voluntario el infame marido de ella, con el fin de burlarse de su incauto pariente. Sin embargo, algo sale mal y el voluntario acaba poseído por un espíritu de alguien relacionado con el lugar del banquete.
Protagonizan Maribel Verdú, Antonio de la Torre y José Mota. El empaque visual de Abracadabra es muy bueno en cuanto a fotografía y puesta en escena. El estilo, en ocasiones, recuerda al de Álex de la Iglesia. El inicio del filme y el final están muy logrados, pero lo que ocurre en medio tiene sus más y sus menos. Algún detalle grotesco de más que le sobra, así como algunas caídas de ritmo, afectan negativamente a la narración de la historia y empañan el resultado final de la película.
Los golpes de humor funcionan unos mejor que otros. En definitiva, se trata de una mezcla de elementos que no siempre funcionan correctamente. No obstante, la película se deja ver y tiene un buen planteamiento, aunque la ejecución al final deje algunos puntos débiles.
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