España ha sido, y sigue siendo, escenario de muchas producciones de Hollywood. Uno de los productores pioneros en usar nuestro país como set de rodaje fue Samuel Bronston, que rodó aquí títulos épicos como 55 días en Pekín, La caída del imperio romano, Rey de Reyes, o El Cid. Sobre esta última los directores Pedro Estepa Menéndez y Elena Ferrándiz Sanz nos traen a las pantallas Bienvenido Mr. Heston, un entrañable documental que relata las tres jornadas del rodaje de El Cid que tuvieron lugar en el pueblo vallisoletano de Torrelobatón.
A través de los testimonios de los habitantes del pueblo que en su momento trabajaron como figurantes en la película, se recrea el recuerdo de aquellas jornadas mágicas que vivieron estas personas al participar en una superproducción de Hollywood. El documental es narrado por Emilio Gutiérrez Caba y cuenta también con interesantes entrevistas al decorador Gil Parrondo, la hija de Samuel Bronston, Andrea Bronston, al hijo de Charlton Heston, Fraser C. Heston, y al historiador y crítico de cine Jesús García de Dueñas, autor del libro El imperio Bronston.
Bienvenido Mr. Heston es un documental importante para la historia del cine hecho en España, ya que recoge los testimonios de gente anónima que, de otra manera, no saldrían a la luz. A nivel hemeroteca se podrá encontrar mucha documentación sobre las estrellas que estuvieron allí y sobre el rodaje de la película en sí, pero las pequeñas historias de los cientos de personas que participaron en aquella gran aventura encuentran su voz en un documental como este, para que sus recuerdos no se pierdan en el viento con el paso del tiempo. En esta línea hay otra pieza de hace unos años, también muy interesante, titulada Por un puñado de sueños, que recopila las experiencias de la gente que vio cambiar sus vidas con la industria del cine en Almería durante la época dorada de los «spaghetti western».
El cine mueve mucho dinero y recursos técnicos, pero también a mucha gente. Personas con grandes historias y otras con pequeñas anécdotas, que podrán ser relevantes o no, pero que en cualquier caso el hecho de poner de manifiesto que una producción cinematográfica no es solamente lo que se ve en la superficie, sino que detrás hay más de lo que parece, hace que valga la pena que de vez en cuando salgan obras como esta que, además de resultar entrañables, también tienen un carácter didáctico, pues nos muestran otra mirada sobre el séptimo Arte y eso nos complementa la percepción global que tengamos del mismo.
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