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sábado, 13 de junio de 2015

40 años de terror en la playa


Preámbulo:

El 20 de junio de 1975 se estrenaba en Estados Unidos un film titulado Jaws, cuya traducción literal sería "Mandíbulas", que llegó a las pantallas españolas en diciembre de ese mismo año bajo el título de Tiburón. Lo demás es historia.

Steven Spielberg, iniciado en la televisión dirigiendo episodios de varias series, entre ellas Colombo, había destacado en 1971 con el telefilm, o TV movie como se denominan actualmente, Duel, estrenada en España como El diablo sobre ruedas. La repercusión de esta película propició que el joven Spielberg pudiera debutar en la dirección cinematográfica con Loca evasión (Sugarland Express) que pasó sin pena ni gloria. Pero un año después cayó en sus manos el proyecto de adaptar a la gran pantalla el bestseller Jaws, del escritor Peter Benchley, que hace un cameo en el film como periodista retransmitiendo desde la playa donde se producen los ataques del tiburón. Fue tal el impacto de la película que bañistas de medio mundo no volvieron a meterse en el mar con la misma tranquilidad que hasta entonces.

El rodaje:

Un impactante resultado fruto de una combinación del talento narrativo, personajes sólidos muy bien trazados y, en cierto modo, la ventaja de carecer de medios técnicos avanzados. Dicen que la necesidad agudiza el ingenio, y el rodaje de esta película es un buen ejemplo de ello. Uno de los rasgos que más potenciaron la fuerza del film fue el de insinuar más que mostrar. El tiburón está presente desde el inicio de la película pero no se deja ver hasta bien avanzado el metraje. Esto refuerza el suspense y el empaque de la amenaza submarina. Sin embargo no fue una decisión tomada a priori, no fue algo intencionado. Hay varias secuencias en las que el tiburón no sale porque durante el rodaje el escualo mecánico no funcionaba. La animatrónica hoy día, y desde hace ya mucho tiempo, ha dado al cine robots muy realistas y ha funcionado a la perfección, pero hace 40 años la tecnología no era tan avanzada, y menos con un animatronic sumergible y rodando en el mar. Sin embargo el ingenioso Spielberg supo solventar los problemas técnicos combinando la poderosa partitura musical de John Williams con planos subjetivos, y movimientos de objetos en superficie indicativos de lo que está haciendo el Carcharodon Carcarius bajo el agua.

Hace unos meses el director Daniel Monzón hablaba sobre lo complicados que son los rodajes de acción física en alta mar en relación a su película El Niño, de 2014. En los años 90 Kevin Costner también padeció lo suyo con el rodaje de Waterworld. Rodar en alta mar siempre ha sido y sigue siendo, un gran reto, así que hace 40 años podemos imaginar la odisea que pudo ser rodar Tiburón.

Los personajes:

Pero no sólo la acción y el suspense son puntos fuertes de la película. Lo que además la diferencia de otras cintas similares es su jugosa galería de personajes y los actores que los interpretan. El trío formado por el jefe de policía Brody, el recio capitán Quint y el zoólogo marino Hooper es de una solidez aplastante, y además están encarnados por tres actores en estado de gracia: Roy Scheider, Robert Shaw y Richard Dreyfuss respectivamente. La química entre ellos funciona perfectamente y el conflicto dramático está garantizado debido a que son caracteres muy dispares que se ven sometidos a una situación límite en un reducido espacio cuando salen a cazar al gran tiburón en un barco de pesca.

El contenido:

Por otra parte la película destila otros temas interesantes de trasfondo, como la crítica social sobre la mediocridad de los políticos que anteponen intereses económicos a la seguridad de los ciudadanos. Esto se trasluce en el film a través del conflicto entre el jefe de policía que quiere cerrar la playa mientras la amenaza siga suelta, frente al alcalde que por no perder la temporada turística está dispuesto a permitir a toda costa la afluencia de la gente en tropel a bañarse en las peligrosas aguas.

Otro tema que refuerza el mensaje es la importancia concedida a la familia. El protagonista en su lucha por preservar la seguridad no está solo ante el peligro sino que le queda el consuelo de su mujer y sus hijos, encontrando en su hogar el descanso del guerrero.

El legado:

Tiburón ha sido imitada, parodiada y ha marcado estilo en este género cinematográfico de "películas con monstruo". En 1978 se estrenaba Piraña, que imitaba a Tiburón incluso en el cartel. Tuvo bastante repercusión y algunas secuelas. Era un film de la factoría de Roger Corman dirigido por Joe Dante, el cual curiosamente dirigió en los años 80 varias cintas producidas por Spielberg como Gremlims o El chip prodigioso.

El estreno de Piraña fue el mismo año que la primera secuela del film de Spielberg: Tiburón 2, dirigida por Jeannot Szwarc, en la que de nuevo el jefe Brody se enfrenta a una nueva amenaza en la tranquila población de Amity. El resultado fue bastante inferior a su predecesora. Una secuela oportunista para aprovechar la estela del éxito. En 1983 se retomó la historia con Jaws 3D, un film en 3D ambientado en un parque acuático en el que se cuela un gran tiburón sembrando el pánico entre los asistentes. Los personajes protagonistas son los hijos de Brody, ya adultos, que trabajan en dicho parque, y son encarnados por Dennis Quaid y John Putch. En este film podemos ver a una debutante Lea Thompson que dos años más tarde sería la madre de Marty McFly en Regreso al futuro. Jaws 3D es la única película dirigida por Joe Alves, responsable del Diseño de Producción de las dos anteriores entregas.

Finalmente en 1987 se estrenaba Tiburón: La venganza (Jaws: the revenge) en la que la viuda de Brody, encarnada de nuevo por Lorraine Gary como en el film original, se enfrenta de nuevo a un gran escalo convencida de que éste persigue a su familia en busca de venganza. Le acompaña en la aventura Michael Caine, pero el film no supone más que una secuela tardía, innecesaria y anodina.

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