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sábado, 19 de julio de 2008

El doloroso nacimiento de un Estado

En 1971 se publicó el libro ¡Oh Jerusalén! de Dominique Lapierre y Larry Collins sobre la creación del estado de Israel en 1948. Se estrena ahora en España la adaptación cinematográfica de esta obra, ¡Oh, Jerusalén! (O Jerusalem, Elie Chouraqui 2006). El conflicto entre árabes y judíos contado desde la perspectiva de dos amigos de Jerusalén, uno árabe y otro judío, que viven en Nueva York y vuelven a su tierra a tomar parte en la contienda, cada uno con su bando correspondiente. Una historia sobre el poder de la amistad por encima de los conflictos sociales y políticos.

El contenido es muy interesante y su base literaria muy sólida, pero cinematográficamente la película adolece de falta de presupuesto para un proyecto de esta envergadura. Cuenta demasiadas cosas en muy poco tiempo, ya que el metraje es inferior a dos horas, y esto hace que lo cuente todo muy superficialmente y no profundice en ningún aspecto de la historia. Por otra parte el hecho de que pasen tantas cosas tiene como elemento positivo que la película se pase en un suspiro y no quede tiempo para el aburrimiento. La fotografía es buena, con luces muy contrastadas en general, la música adecuada para acompañar las imágenes y los actores muy correctos. En algún momento más emotivo de la película sobresale el protagonista Saïd Taghmaoui. Los efectos especiales se hacen deficientes en ciertos momentos, pero teniendo en cuenta que la película no trata de ser un gran espectáculo sino más bien testimonial sobre los hechos históricos, no parece que los efectos especiales lastren en demasía el resultado final del film. Es por tanto una película agradable de ver, de contenido ineteresante pero que no llega a emocionar por esa dispersión de elementos que no llega a desarrollar en profundidad.

Este mismo conflicto tiene un precedente en el cine con la película La sombra de un gigante (Cast a Giant shadow, Melville Shavelson 1966), que cuenta los mismos hechos históricos pero desde la perspectiva de un oficial americano, interpretado por el gran Kirk Douglas, que es destinado al lugar de los hechos como asesor militar para formar un ejército, y se llega a implicar más de lo previsto en la causa por aflorar en él sus casi olvidadas raíces judías.
El enfrentamiento entre palestinos e israelíes, pero unos años después, tiene también su lugar en el celuloide con la mgnífica película Munich (Steven Spielberg, 2005) que cuenta la misión encomendada a un agente del Mossad para vengar el asesinato de 11 atletas judíos por terroristas palestinos en las Olimpiadas de 1972 en la ciudad alemana de Munich.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Es difícil hacer el traslado de un libro al cine y sobre todo que sea del agrado del público, no he oído de esta película de este lado del mar, así que investigaré un poco. Saludos desde México.

troncha dijo...

El conflicto judio-palestino siempre ha tenido su tela, la verdad es que con lo que podría haber dado de si el tema no hay muchas películas, no he visto la estrenada hace poco, si la que mencionas de Kirk Douglas y se me antoja bastante flojita en general, quizás curiosa por el tema a tratar. Incluso con ciertos tonos de humor negro un poco infantiloide.

http://mitiquisimo.blogspot.com/2007/10/la-sombra-de-un-gigante-de-melville.html

Saludos...

Ramón Ramos dijo...

Cuervo
es posible que la película no haya tenido una distribución muy amplia. Es una coproducción europea y parece que de no mucho presupuesto. Incluso aquí en España se ha estrenado 2 años después que en Francia.

Troncha
cuando vi La sombra de un gigante me sorprendió precisamente por eso, porque me pareció curioso el tema tratado. No me pareció muy floja pero sí normalita, no es una gran película bélica pero se deja ver y el tema es poco frecuente.

Saludos,

Carlos Alberto dijo...

Ramón:

Sí, es un tema interesantísimo. Una vez más, qué bueno que así sea, el poder de la amistad haciendo la diferencia.

Me gustó que mencionaras a Kirk Douglas. Vi muchas películas protagonizadas por él en mi infancia (no la que nombras) y en mi adolescencia. Todas en la televisión. Excepto Senderos de gloria, que pude verla en el Centro Cultural Británico de Buenos Aires. Ahora recuerdo ese final tan emocionante (Kubrick tuvo que insistir para que lo filmaran. La película ya estaba terminada cuando se le ocurrió ese «otro final».) Refiriéndose a Stanley Kubrick, Kirk Douglas dijo que era «una m...da llena de talento.» ¡Jajaja!

Saludos.

Posdata: Puse mi blog en Technorati. Es un motor de búsqueda que compite con Google. Leí por ahí que si no estás en Technorati... no existes. ¿Será cierto? No lo sé. Pero, por las dudas, ya estoy allí.

Posdata II: Sigo preguntándome qué pasó con Raquel.

Anónimo dijo...

Joder, parece ciertamente interesante, compañero. Le seguiré la pista. Un saludo.

Major Reisman dijo...

Buenas

Ya he publicado el comentario dedicado a "Oh, Jerusalén" con el link a esta entrada. A mi la película me defraudó. Ciertamente esperaba algo mucho mejor.

Un saludo