La gran estrella de la música Robbie Williams se interpreta a sí mismo en un biopic en el que nos cuenta sin tapujos su meteórica carrera en Better Man, una película que desprende pura energía, y además lo hace de una manera totalmente subjetiva y sorprendente, mostrándose a sí mismo como un simio, ya que se considera una persona poco evolucionada. Esta decisión puede chirriar un poco a priori, pero realmente está todo tan bien integrado en la trama y en la estética, que posiblemente haya sido el mayor acierto y el gran atractivo que hace de esta película algo único.
El cantante conoció la fama a los 15 años con el grupo Take that y entró en una espiral de alcohol y drogas que le llevó a tocar fondo a la edad de 22. No obstante, resurgió de sus cenizas y siguió trabajando convirtiéndose en uno de los grandes artistas de las últimas décadas. Temas como Feel, Angels, o Rock DJ, forman parte de su repertorio y se pueden disfrutar en la película, así como el mítico My way (A mi manera) de Frank Sinatra, que ha sido muy importante en la vida de Robbie, especialmente en la relación con su padre, y también tiene una presencia importante en esta cinta, y es que Robbie Williams nos cuenta así su vida, a su manera.
Better Man recorre esos años salvajes del salto a la fama de Robbie Williams mostrándonos las distintas facetas del artista, como sus relaciones familiares, sus excesos y sus miedos interiores, sus fantasmas, y cómo se enfrenta a ellos. Dirige Michael Gracey, el director de la aclamada El gran showman, y nos trae relato está plagados de momentos divertidos, frívolos, emocionales, dramáticos, épicos, una montaña rusa de emociones que desprende una energía que atrapa al espectador y lo transporta a un viaje frenético en el que un joven artista británico subió a los cielos y bajó a los infiernos en un breve espacio de tiempo. Se estrenó el 1 de enero en cines y ahora se puede ver en streaming. Totalmente recomendable y, posiblemente, una de las mejores películas del año.
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