La directora de 50 sombras de Grey, Sam Taylor-Johnson, nos trae ahora, con mejor resultado, la biografía de la malograda estrella de la canción Amy Winehouse en una película que toma su título de una de las más emblemáticas canciones de la artista: Back to black. La meteórica carrera musical de Amy Winehouse que llegó a lo más alto, aquejada por un progresivo deterioro provocado por un creciente alcoholismo que la llevó a fallecer a la temprana edad de 27 años en plena cresta de la ola de su éxito.
La película nos muestra esta evolución desde que Amy empezó a cantar a los 16 años a través de sus relaciones con las tres personas más influyentes en su vida: su abuela, su padre y su marido. La actriz Marisa Abela se transforma en Amy de manera asombrosa. No sería de extrañar que tuviera una nominación al Óscar. La película tiene buen ritmo y en general todo es correcto. Sin embargo, no da la sensación de ser una película redonda, y en mi opinión, se debe a la energía.
Las películas cuentan historias y dependiendo del tipo de historia que sea, le pega ser contada con una energía u otra. Hay películas que desprenden energía positiva, buen rollo, otras que tienen una energía más visceral, más arrebatadora, etcétera. Y ninguna energía es mejor o peor que otra, sencillamente es cuestión de darle a cada historia la energía que pide para ser contada. Por ejemplo, por citar dos musicales muy buenos con energías muy distintas, pero que en cada caso es la adecuada: Mary Poppins y Moulin Rouge. Ambas transmiten mucha energía, tienen mucha garra, pero una nos transporta al mundo de la fantasía, de la infancia, y la otra nos traslada a una intensa pasión arrebatadora y visceral.
En el caso de Back to black, nos encontramos con una energía propia de película testimonial, que nos cuenta de forma dramatizada la vida de una persona, un biopic correcto que puede contar la vida de una persona sin más, pero claro, siendo como era Amy Winehouse y tal y como transcurrió su vida, quizá la película requería, o algún espectador podría esperar, que tuviese una intensidad más cercana a la de Moulin Rouge, por ejemplo, que a la de una biografía convencional. En cualquier caso, la película se deja ver con agrado, entretiene y se puede disfrutar la discografía de Amy Winehouse.
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