Los actores Frances McDormand y Sam Rockwell se alzaron con los galardones a mejor actriz principal y mejor actor de reparto respectivamente en la pasada entrega de los Óscar por interpretaciones en la película Tres anuncios en las afueras. Merecidísimos, sin duda ambos premios. Es una película de actores, en la que todo el elenco, en general, trabaja muy bien y en sus interpretaciones reside la fuerza del filme. De todos ellos, además de los dos premiados, cabría destacar también a Woody Harrelson, con su habitual magnética presencia en la pantalla.
Frances McDormand recibe así su segundo Óscar tras Fargo (1996) y otras tres nominaciones por Arde Mississippi, Casi famosos y En tierra de hombres. En esta ocasión interpreta a una madre coraje que ha perdido a su hija, violada y asesinada, y tras varios meses sin una sola pista sobre su asesino, decide usar tres vallas publicitarias abandonadas en las afueras del pueblo, para publicar frases de denuncia contra la inoperancia de la policía local, acusando concretamente al sheriff, interpretado Woody Harrelson.
Sam Rockwell recibe su primera nominación al Óscar y lo gana. La verdad es que no es para menos, ya que sorprende en un rol muy alejado de sus registros cómicos de Iron Man 2 o El camino de vuelta. Interpreta a uno de los policías del pueblo y se presenta como un matón racista y egoísta sin muchas luces pero con una lealtad ciega hacia su jefe. Es un antihéroe en toda regla que resulta incluso repulsivo para el espectador. Sin embargo, su personaje es el que más evoluciona en la trama y Rockwell lo sabe transmitir muy bien. Además, protagoniza dos de las mejores escenas de la película. Una es un plano secuencia magistral, que resulta muy impactante, tanto por lo ocurre en la escena, como por la perfección técnica con que está filmada. La otra es una secuencia en la que ocurre algo clave en la evolución del personaje y suena de fondo una magnífica canción de Joan Baez.
Tres anuncios en las afueras es una historia sobre cómo las verdades incómodas generan ira en las personas, debido a que cada uno percibe la realidad de una manera al cargar cada cual con sus propias neuras y frustraciones. Dirige este retrato sociológico Martin McDonagh, el director británico de títulos como Escondidos en Brujas o Siete psicópatas. No ha sido nominado por su trabajo de dirección pero sí por el guión. Otro aspecto muy destacado de la película es la música, también nominada a los premios de la Academia, una estupenda partitura que corre a cargo de Carter Burwell, habitual compositor en la filmografía de los hermanos Coen.
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