El cine cuenta historias de todo tipo que abarcan infinidad de temas, desde los más prosaicos hasta los más elevados. Y entre medias, hay de todo un poco. Mudarse de casa es algo que todo el mundo hace o ha hecho en mayor o menor medida, en algún momento de su vida, y el cine no es ajeno a ello. Vamos a verlo a través de cuatro títulos de diferentes épocas.
Los Blandings ya tienen casa (Mr. Blandings builds his dream house, H.C Potter, 1948) es una comedia protagonizada por Cary Grant y Myrna Loy. Un matrimonio acomodado de Manhattan, decide comprar una casa en las afueras para alejarse del bullicio de la gran urbe. Sin embargo, la casa, prácticamente, hay que reconstruirla entera y eso le traerá más de un quebradero de cabeza a los protagonistas.
Descalzos por el parque (Barefoot in the park, Gene Saks, 1968) es una comedia protagonizada por Robert Redford y Jane Fonda, que han sido noticia recientemente por recibir sendos galardones a sus respectivas carreras en el Festival de Cine de Venecia. En esta película de 1968, interpretaban a una joven pareja de recién casados que se mudan a un apartamento muy pequeño, que además es el último piso y sin ascensor. Les secundan Charles Boyer, como un pintoresco vecino, y Mildred Natwick en el papel más divertido y entrañable de la película, interpretando a la madre del personaje de Jane Fonda.
Esta casa es una ruina (Money pit, Richard Benjamin, 1986) es una de las muchas producciones juveniles de Steven Spielberg en los 80. Protaniza Tom Hanks, antes de convertirse en un actor serio a la caza del Óscar, y Shelley Long. Les acompaña Alexander Godunov, a quien se había visto ataviado como un Amish en Único testigo y se convertiría posteriormente en el violento terrorista Karl de La jungla de cristal. Esta casa es una ruina nos presenta a una joven pareja que compra una gran casa a precio de ganga, pensando que con par de arreglos pueden tener una vivienda estupenda, pero los arreglos que requiere y las trampas que la casa tiene, sobrepasa todas sus expectativas. La película está cargada de ironía social, en la que los jóvenes profesionales, preparados, formados y demás, parecen unos pringados frente a los carpinteros, fontaneros, pintores y demás profesionales de la construcción, que marcan los ritmos de trabajo, ponen sus reglas y conducen coches de alta gama.
Ático sin ascensor (5 flights up, Richard Loncraine, 2014) es una agradable comedia crepuscular sobre una pareja que llevan toda la vida juntos en un quinto piso sin ascensor y debido a la edad, se plantean mudarse a un edificio más moderno. Protagonizan Diane Keaton y Morgan Freeman. La película plantea cómo cambian las cosas con el tiempo, a través de la mirada de estos veteranos personajes que han hecho su vida en un barrio que, a la postre, se les antoja irreconocible.
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