Vamos con Sensacine a un preestreno de alto voltaje: Baby driver.
Un joven huérfano, apodado Baby, apasionado por la música y con un don especial para conducir, se ve abocado a trabajar para un atracador de bancos por tener que saldar una deuda. Su función es conducir el coche de fuga cada vez que dan un golpe. Un buen día, conoce a una camarera con la que inicia una apasionada relación. El flechazo es instantáneo para ambos, y él quiere alejarse del sórdido mundo delictivo para marcharse lejos con ella, en cuanto deje su deuda saldada.
Así es Baby Driver, la nueva película de Edgar Wright, responsable de títulos como Zombies party, Arma fatal o Scott Pilgrim contra el mundo. Un cóctel de amor, humor, música, acción y giros de guion inesperados. Estilísticamente es muy particular. Ameniza las escenas de robos, tiros, algunos un poco descarnados, y trepidantes persecuciones con una selecta recopilación de canciones de grupos míticos como Queen, The beach boys o Simon & Garfunkel, entre otros.
Tras un intenso arranque, la película baja un poco el ritmo en su segundo tercio, para recuperarse en el desenlace final. A pesar de algunas caídas de ritmo, el filme se sostiene bien y no se hace largo. En general los distintos elementos que mezcla están bien combinados, aunque en alguna ocasión pueden chirriar un poco, pero nada que desmerezca el conjunto.
Protagoniza Ansel Elgort, visto en Bajo la misma estrella y la saga Divergente. Le secundan los veteranos de altura Kevin Spacey y Jammie Foxx. La chica de la película es Lily James, la otrora Cinderella, también vista en la serie televisiva Downton Abbey. Todos trabajan bien, pero se podría decir que ella destaca un poco por encima de la media del elenco.
En definitiva, Baby driver ofrece adrenalina, música, personajes con calado interpretados por buenos actores, y algunos apuntes sobre la orfandad y las carencias afectivas, así como la conservación de los principios morales cuando uno se encuentra solo frente a la oscuridad. Cómo encontrar una salida a los problemas y a la soledad en este loco y caótico mundo en que vivimos sin perder la integridad. No es que la película desarrolle este tema, ya que lo que prima es el estilismo y su objetivo es el entretenimiento, pero es una lectura que se puede hacer entre líneas y hace que el filme esté por encima de la media del género.
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