Tras el relevo tomado por Jeremy Renner en El legado de Bourne, de Tony Gilroy, donde interpretaba a otro agente afectado por los acontecimientos ocurridos en las tres primeras entregas, Matt Damon vuelve a encarnar al personaje que lo encumbró en 2002 con El caso Bourne, de Doug Liman. Además esta vez participa también como productor y vuelve a contar con Paul Greengrass en la dirección, con quien había trabajado en la segunda y tercera partes, El mito de Bourne y El ultimátum de Bourne respectivamente. En esta ocasión para dar título a la nueva cinta siguen la estela de Stallone en las últimas entregas de sus dos sagas más míticas, en las que usaba el nombre completo del personaje: Rocky Balboa y John Rambo. Con el espía de Matt Damon han utilizado la misma fórmula para dar título a esta película: Jason Bourne, que le da un cierto aire de secuela crepuscular al film.
Comienza con el protagonista malviviendo en Atenas, ganándose la vida, como Rambo en Tailandia al inicio de Rambo III, con peleas clandestinas. La ex agente de la CIA Nicky Parsons, inmersa ahora en el mundo de los hackers, entra en los servidores de la CIA capturando información de operaciones encubiertas en las que descubre nuevos datos sobre le pasado de Bourne, y se pone en contacto con él para darle esta información.
Julia Stiles repite en su papel de Nicky Parsons, la única que ha estado en las cuatro entregas junto a Matt Damon. Como nuevos fichajes están Tommy Lee Jones, en el rol de director de la CIA, Alicia Vikander, ganadora del Oscar este año por La chica danesa, en la piel de la encargada de la nueva operación para perseguir a Bourne, y Vincent Cassel como el ejecutor que debe dar caza al protagonista.
Paul Greengrass sigue dirigiendo con ritmo trepidante las andanzas de Bourne por medio mundo con espectaculares persecuciones motorizadas, tiroteos, peleas cuerpo a cuerpo y espionaje de alta tecnología. Y por supuesto no podían faltar unos créditos finales de diseño tecnológico amenizados por la canción Extreme ways, de Moby.
Toda la saga tiene como trasfondo los trapos sucios de las agencias que supuestamente velan por nuestra seguridad. En esta nueva entrega además se añade el controvertido tema de la privacidad de datos personales en las redes sociales. Todo muy bien entrelazado con la acción trepidante y el ritmo vertiginoso que posee el metraje desde el inicio hasta el final.
Por tanto Jason Bourne no decepciona, no cansa, al contrario, sigue aportando más elementos nuevos a un universo que inicialmente parecía no tener mucho más alcance. Sin duda la película de acción de este verano.
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