En el año 2002 se destapó un escándalo de pederastia en la diócesis de la ciudad de Boston. Durante décadas se produjeron casos de abusos a menores por varios sacerdotes, pero nunca nadie había indagado en ello. La jerarquía eclesiástica trató de ocultar estos casos a la sociedad con la complicidad de abogados, policías, periodistas y el silencio de toda una comunidad cuya cobardía les llevó a mirar hacia otro lado para eludir la dolorosa realidad.
Las pesquisas para sacar a la luz esta historia fueron llevadas a cabo por un equipo de periodistas de investigación del Boston Globe tras la llegada de un nuevo director que provenía de Florida, y por tanto aborda el tema desde una perspectiva objetiva, ajeno a la comunidad bostoniana. El resultado de este trabajo fue ganador del Premio Pulitzer. Ahora llega a las pantallas cinematográficas una película que cuenta la historia de esta investigación, tomando como título el nombre de la sección del periódico que realizó este trabajo: Spotlight.
El director Tom McCarthy, también responsable del guión junto con Josh Singer, plantea un drama periodístico centrado escrupulosamente en la labor de investigación, sin recurrir al sensacionalismo o al morbo gratuito en el que sería fácil caer cuando se tratan historias de este tipo, consciente de lo delicado que resulta abordar un tema tan espinoso. Realiza un discurso de pulcra objetividad, ciñéndose al trabajo de los protagonistas, y es ahí donde reside la grandeza de la película, además de contar con excelentes interpretaciones de Michael Keaton, Mark Ruffalo, Rachel McAdams, John Slattery y Liev Schreiber. También destaca entre los secundarios Stanley Tucci en la piel de un abogado que defiende a las víctimas de abusos.
El tono de la película es de corte clásico, con una narración que avanza a un ritmo que mantiene el interés durante todo el metraje y no decae en ningún momento. Asimismo resulta muy adecuada la suave partitura de piano que envuelve las imágenes, obra del veterano compositor Howard Shore.
Hace un par de meses veíamos La verdad, otra polémica periodística llevada al cine con varios rostros de grandes estrellas encarnando a los protagonistas de la historia y con una forma similar de planteamiento cinematográfico. Sin embargo Spotlight resulta una película más redonda, posiblemente por tener un guión más sólido y un director con más experiencia.
Gracias a Sensacine por la invitación al preestreno de esta excelente película.
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