El 28 de Julio de 1914 comenzaba la Gran Guerra, conocida posteriormente como la Primera Guerra Mundial, que terminó en 1918. Por tanto este año 2014 se cumplen 100 años del dramático e histórico suceso. El cine bélico ha sido en general más prolífico con la Segunda Guerra Mundial, pero aun así existen títulos sobre la Primera que por un motivo u otro vale la pena recuperar.
Para empezar hay que decir que la primera película de la historia en ganar un Oscar estaba ambientada en la Primera Guerra Mundial. Se trataba de Alas (Wings), estrenada en1927 y dirigida por William A. Wellman. Una historia sobre dos hombres que rivalizan por una mujer y que acaban siendo compañeros de batalla tras alistarse como pilotos al estallar la Guerra. El propio Wellman retomó el tema con otros títulos, e incluso su última película en 1958 fue La Escuadrilla Lafayette, sobre un joven americano que se alista en las Fuerzas Aéreas Francesas. Protagonizaba Tab Hunter y en un papel secundario se puede ver a Clint Eastwood en sus inicios, antes de venir a España para hacer westerns con Sergio Leone. Esta famosa escuadrilla, que estaba formada por pilotos estadounidenses voluntarios que lucharon por Francia, ha sido también el escenario de la película Flyboys, de 2006 protagonizada por James Franco.
En 1971 Roger Corman estrena El Barón Rojo, sobre las peripecias del legendario piloto alemán Von Richthofen. El productor Howard Hughes debutaba como director en 1930 con un proyecto muy personal sobre la contienda aérea con Los ángeles del infierno, cuyo accidentado y prolongado rodaje fue relatado por Martin Scorsese en la película biográfica sobre Hughes titulada El aviador. Otro título interesante de pilotos en biplano, aunque podría haber dado más de sí, es Biggles, de 1986, una libre adaptación del héroe literario británico homónimo introduciendo el género de ciencia ficción en su variante de los viajes en el tiempo, que tan de moda estuvo en los años 80.
Pero no sólo de batallas aéreas se nutrió la guerra ni el cine que la retrataba. El sufrimiento en las trincheras también ha sido reflejado por el Séptimo Arte. En este sentido quizá la película más paradigmática sea Senderos de gloria, de Stanley Kubrick, con un sensacional Kirk Douglas al frente del reparto. La película hace una dura crítica al abuso de poder de algunos oficiales que se extralimitan en sus funciones rozando incluso la locura. Recientemente Steven Spielberg nos volvía a meter en las trincheras con Caballo de batalla, una recreación episódica de varios escenarios durante la contienda, hilvanada por la historia de un caballo que por distintas circunstancias va cambiando de dueño.
El maestro Chaplin también llevó la batalla a su terreno: la comedia. En 1918 estrenaba el mediometraje ¡Armas al hombro!, sobre un soldado miedoso y apocado que sueña con ser un héroe. En 1940 estrenaba El gran dictador, una obra maestra de gran comicidad, burla del nazismo y con uno de los discursos humanistas más conmovedores de la historia del cine. Arranca en el final de la I Guerra Mundial y desarrolla la trama en el periodo de entre guerras.
Para finalizar con broche de oro tenemos un título épico, espectacular, uno de los grandes: Lawrence de Arabia, de David Lean con un inolvidable Peter O'Toole al frente de un extraordinario elenco que cuenta con estrellas como Omar Shariff, Anthony Quinn o Alec Guiness. En este caso el campo de batalla es el frente de Oriente Medio, para contar la vida del carismático oficial T.E. Lawrence del ejército británico.
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