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domingo, 2 de febrero de 2014

La trilogía del dólar: una fábrica de sueños en España


En 1964 se estrenaba la película Por un puñado de dólares. Eso significa que este año se cumple el 50º aniversario, pero no se trata sólo de la conmemoración de un film. Fue el inicio de un cambio de vida para muchas personas.

Para empezar fue la consagración como astro del celuloide de Clint Eastwood. Había hecho alguna película y sobre todo televisión en Estados Unidos, pero no acaba de despegar su carrera. Tras protagonizar las películas de Sergio Leone Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo, regresó a Hollywood convertido en estrella internacional y desde entonces no ha dejado de ser uno de los grandes, generando una prolífica carrera tanto como actor como director.

Sin embargo cuando hablo de las vidas de mucha gente estoy hablando de españoles. Cuando pocos eran los que sabían buscar Almería en un mapa, llegó allí el director italiano Sergio Leone buscando un lugar donde los paisajes le sirvieran para rodar un western y los costes de producción fueran muy bajos. Con el éxito cosechado por la tres películas antes mencionadas, que constituyen lo que se conoce como la "trilogía del dólar", se montó toda una industria cinematográfica de coproducciones hispano-italianas para rodar películas del oeste bajo la denominación de "spaghetti-western". Muchos almerienses cambiaron de oficio y empezaron a trabajar en el cine como figurantes, especialistas, ayudantes de producción, chóferes de las estrellas y demás tareas. Durante varios años los dólares fluían por el sur de España, hasta que los costes de producción dejaron de ser rentables para el tipo de películas que se hacían. Una época dorada que muchos recuerdan con nostalgia y que marcó sus vidas para siempre. Los testimonios de algunas de estas personas se recogen en el emotivo documental de Antonio Lobo titulado Por un puñado de sueños, estrenado en 2006.

En 1972 Pedro Lazaga dirigía a Alfredo Landa, José Sacristán, Antonio Ferrandis y Mirta Miller, entre otros, en la película Vente a ligar al oeste, en la que se reflejaba precisamente ese momento. Por otra parte, en 2002, la decadencia de aquel universo de cartón piedra se ha tratado en el homenaje rendido por Alex de la Iglesia en 800 balas, en la que un nostálgico especialista de escenas de acción comanda un show del oeste en el último bastión de un poblado que guarda las sombras de los pasados días de gloria. Un personaje muy jugoso magníficamente interpretado por Sancho Gracia.

Por último sólo resta hacer una breve reseña de esas tres películas que construyeron una fábrica de sueños en España:

1. Por un puñado de dólares (Per un pugno di dollari, 1964). Un pistolero llega a un pueblo regentado por dos familias de traficantes rivales. Una situación propicia para ganar dinero pero con un alto riesgo. Era un remake de Yojimbo, un film japonés de Akira Kurosawa. De hecho el director nipón demandó a Leone por plagio. No obstante el concepto de western propuesto por Leone, alejado de los clásicos de Hollywood, fue tan rompedor e innovador que marcó tendencia y estilo consiguiendo dejar huella en la historia del cine.

2. La muerte tenía un precio (Per qualche dollare in piu, 1965). Dos cazarrecompensas se alían para capturar un peligroso delincuente. Repite como villano Gian María Volonté y se incorpora al elenco Lee Van Cleef para secundar a Clint Eastwood. La trama es más compleja y el estilo propuesto en el anterior film se va depurando.

3. El bueno, el feo y el malo (Il bueno, il bruto e il cativo, 1966). Tres buscadores de fortuna persiguen un tesoro escondido durante la guerra de Secesión. A Eastwood y Van Cleef se une ahora Eli Walach. La música de Ennio Morricone, en la misma línea que las dos películas anteriores, se convierte en mítica. Una obra maestra.

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