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domingo, 5 de abril de 2009

Clásicos de Semana Santa


Como ya viene siendo costumbre me gusta repasar en estas fechas los clásicos de temática bíblica. Hace dos años nombré a Ben-Hur, el año pasado Los diez Mandamientos, y este año le toca ser revisitado a Quo Vadis? (Mervyn Leroy, 1951), una superproducción hollywoodense en estado puro. La historia de amor entre un general romano y una creyente durante la época de persecución a los cristianos bajo el gobierno del emperador Nerón.

La escena del incendio de Roma es espectacular y Peter Ustinov encarna al que está considerado como "el mejor Nerón" de la historia del cine, interpretación por la que recibió el Globo de Oro a Mejor Actor de Reparto y fue nominado al Oscar en la misma categoría, si bien ese año finalmente resultó ganador Karl Malden por Un tranvía llamdo deseo (A streetcar named desire, Elia Kazan 1951). Quo vadis? recibió un total de 8 nominaciones pero no obtuvo ningún galardón. Los premios se los repartieron básicamente entre Un lugar en el sol (A place in the sun) de George Stevens que se llevó el Oscar a Mejor Director, La Reina de África (The African Queen, John Huston) y Un americano en Paris (An american in Paris, Arthur Freed) que se alzó con la estatuilla a Mejor Película.

La pareja protagonista de Quo vadis? está encarnada por Robert Taylor y Deborah Kerr y nos muestran como el amor hace cambiar positivamente a dos caracteres opuestos, de dos mundos diferentes. El personaje de Taylor tiene una evolución muy positiva de un hombre cegado por la grandeza de Roma, que a través de los ojos de una humilde sierva cristiana aprende a valorar los pequeños detalles de la vida y descubre un mundo más espiritual por encima de la fastuosidad material del Imperio. Al mismo tiempo el personaje de Kerr aprende a valorar las cualidades humanas por encima de sus prejuicios contra todo lo que tiene que ver con Roma.

Por otra parte el personaje de Nerón pone el contrapunto con una evolución del personaje en sentido contrario, hacia una degeneración total. Sus delirios de grandeza unidos a un carácter débil y cobarde le llevan a cometer actos de locura y entrar en una espiral de destrucción de sí mismo y de quienes le rodean.

Una historia épica de emociones desatadas servida con el envoltorio de una superproducción de Hollywood con espectáculo, glamour y esa magia de la meca del cine que hace grande al Séptimo Arte.

2 comentarios:

Sesión Golfa dijo...

en repaso. Te linkeo, amigo. Un saludo.

Ramón Ramos dijo...

Gracias, Sesión Golfa. Espero que lo pases bien estos días.

Saludos,