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domingo, 29 de abril de 2012

80 años gritando entre los monos


En abril de 1932 veía la luz la primera entrega de una de las sagas más conocidas del cine de aventuras: Tarzán de los monos (Tarzan the ape man), dirigida por W.S. Van Dyke y protagonizada por el nadador Johnny Weissmüller y Maureen O'Sullivan. Dos aventureros, y la hija de uno de ellos, se adentran en lo más recóndito de África tras la pista del cementerio de elefantes para ganar una fortuna con el marfil. Por el camino se encontrarán con Tarzán, un hombre que ha sido criado por los monos.

Basada en los personajes literarios creados por Edgar Rice Burroughs, el hombre mono ha tenido diversas adaptaciones al cine y la televisión a lo largo del tiempo, pero es sin duda la cinta que ahora nos ocupa la que generó los iconos fílmicos de este personaje más arraigados en el imaginario colectivo: el famoso grito para llamar los animales, las payasadas de la mona Chita, etc.

Una película de aventuras en la selva a la que no le falta detalle: salen hipopótamos, cocodrilos, leones, estampida de elefantes, monos, aventureros codiciosos, indígenas amigos, indígenas enemigos, en fin de todo un poco.

El tiempo le ha dado una de cal y otra de arena. En algunos momentos da la sensación de que la película no ha envejecido bien, especialmente al inicio con unas retroproyecciones demasiado obvias, y una chica que grita demasiadas veces el nombre del protagonista a lo largo del film. Un detalle que también llama la atención es que en la secuencia en la que Tarzán es perseguido por un cocodrilo, sorprendentemente consigue soltar su famoso alarido a pleno pulmón para solicitar ayuda de los hipopótamos mientras va nadando con la cabeza sumergida en el agua. En fin, licencias artísticas.

Por otra parte cabe destacar dos puntos que, en mi opinión, son los que la hacen perdurable en el tiempo y justifican su condición de clásico: por un lado la frescura de algunos momentos cómicos de Chita, y por otro la intensidad dramática del desenlace en la aldea indígena, en la que los protagonistas son arrojados a un foso con un agresivo gorila vitoreado por los aborígenes. El parecido que guarda la escena del sacrificio en Indiana Jones y el templo maldito con esta secuencia es bastante manifiesto.


El pasado mes de diciembre todos los medios se hicieron eco de la muerte del mono Jiggs a sus 79 años de edad, que dio vida a la mona Chita en varios films de la saga, pero no en este, ya que el susodicho primate nació ese mismo año y debutó en el cine dos años después, en 1934, con el segundo título de la serie: Tarzan y su compañera.

En definitiva, Tarzan de los monos es todo un clásico del cine de aventuras que ha cumplido 80 años de existencia a lo largo de los cuales ha marcado tendencia en la fijación de clichés utilizados en innumerables películas de este género, que han hecho volar la imaginación a las infancias de varias generaciones.

domingo, 22 de abril de 2012

El equipo es la familia


En los años 90 Gonzalo García Pelayo logró un hito en la historia: desbancar un casino legalmente jugando a la ruleta. Ideó un método basado en el funcionamiento de la misma bajo la premisa de que todas tienen alguna imperfección física que le hace decantarse más por unos números que por otros. Junto a sus hijos y otros parientes formó un equipo llamado Los Pelayos, que después tendría sus prolongaciones con otros equipos para jugar en distintos casinos a lo largo y ancho del mundo. Finalmente logró ganar, con su método, un total de 250 millones de las antiguas pesetas en varios países. En 2003 se plasmó esta aventura en el libro La fabulosa historia de Los Pelayos y ahora llega a nuestras pantallas la versión cinematográfica de aquella hazaña bajo el título The Pelayos.

La película se centra en la formación del primer equipo y la ejecución del plan para poner en práctica el método ideado por el cabeza de familia, interpretado correctamente por Lluis Homar, al que pudimos ver el año pasado en No tengas miedo y en EVA, por la ganó la medalla del CEC a Mejor Actor Secundario. Le acompañan en el reparto Daniel Brühl como Iván, el hijo del patriarca, con el que Homar había coincidido también en EVA. Los otros tres miembros del grupo son los primos de Iván y su tío, encarnados respectivamente por Miguel Ángel Silvestre, Oriol Vila y Vicente Romero. El malo de la función es el director del casino al que da vida el actor Eduard Fernández.

El film tiene un tono muy cool, muy ameno y se hace muy agradable de ver por cualquier tipo de público. A ello contribuyen una estupenda fotografía, con reminiscencias a la estética publicitaria tipo los hermanos Scott, así como la caracterización de los personajes a través del vestuario, y pone la guinda del pastel la música, especialmente el tema de Ray Charles Hit the road Jack, adecuadamente versionado para la ocasión. Dirige Eduard Cortés, un director curtido en la televisión desde los años 80, que debutó en cine en 2002 con La vida de nadie.

Los actores están muy bien en sus roles, gran acierto de casting. Sin embargo el trazado de los personajes es algo superficial, de forma que cumplen su función de contar la historia que les concierne y punto, no trasciende más allá. Por otra parte hay momentos muy divertidos de auténtica carcajada, que si la película fuera en esa línea no sería necesario un mayor perfilado de los personajes, pero tampoco pretende ir por esa línea. Por tanto nos encontramos en la siguiente situación: por un lado hay elementos para ser una película frenética y desternillante, pero le falta algo más de delirio para llegar a eso, y por otra parte tiene ingredientes para trascender más allá de la trama pero no llega debido al trazado de los personajes, por lo tanto se queda a medio gas entre ambos tipos de película que podría haber sido. Otro handicap que tiene es que adolece de ciertas caídas de ritmo en el tramo central del metraje. A pesar de ello reitero que es entretenida, muy agradable de ver y su director, que cuenta con buenas bazas, juega bien sus cartas para ganar la partida. Su poker de ases lo forman los actores, la fotografía, la música y la historia.

La película se ha presentado en el Festival de Málaga y se estrena el próximo 27 de abril. Sensacine junto a Sony Pictures ha invitado a sus colaboradores y seguidores a ver esta cinta en primicia.



Leer critica The Pelayos en Muchocine.net

Recopilatorio de Amigos de Sensacine.

domingo, 15 de abril de 2012

Científicos en acción:Twister


En plena fiebre de revival del cine de catástrofes durante los años 90, llegó a las pantallas Twister en 1996, una película sobre tornados, pero lejos de seguir los esquemas argumentales y clichés de las habituales producciones de este género, lo que nos ofrece es la visión de estos devastadores fenómenos de la naturaleza a través de un grupo de caza tormentas, meteorólogos que estudian el comportamiento de los tornados para poder elaborar planes de emergencia en las poblaciones afectadas.

El argumento de la película consiste en que un equipo de estos peculiares científicos han desarrollado un sistema de sensores para analizar la estructura de un tornado desde dentro. ¿Cómo van a introducir estos dispositivos en el ciclón? Pues colocándolos en el trayectoria de uno de ellos y saliendo pitando para que no ser llevados en volandas. A esto lo llamo yo un trabajo de campo de alto riesgo. El conflicto que hay entre personajes, para que la película funcione como ficción y no como un documental, se basa en dos tramas: una principal en la que el antiguo líder del grupo visita a sus ex-compañeros en tan señalado día para obtener los papeles del divorcio de su ex-mujer, que ahora dirige las operaciones. Por otro lado hay una trama secundaria sobre un competidor que fue colega de ellos y ahora ha montado otro equipo por su cuenta, financiado por un patrocinador, y que les ha copiado la idea fabricando su propia versión del dispositivo para analizar estos fenómenos meteorológicos.


Protagonizan Bill Paxton y Helen Hunt. En un papel secundario encontramos a un gracioso Phillip-Seymour Hoffman. Dirige La película Jan deBont, un director que empezó como director de Fotografía en infinidad de películas, algunas de renombre, como Jungla de cristal, Instinto básico o La caza del Octubre Rojo, y debutó en la dirección con Speed.

Produce Steven Spielberg y cuenta con un guión de Michael Crichton, aclamado escritor de best sellers como Parque jurásico, La amenaza de Andrómeda, Acoso, o Congo, por citar algunos. Decía que para el guión de Twister contó con el asesoramiento de su entonces esposa Anne-Marie Martin, que firma como co-guionista, la cual se crió en tierra de tornados y algunas de las anécdotas que le contó sobre cosas que pueden hacer estos fenómenos, decidió no incluirlas en el libreto porque el público no se lo iba a creer. Un guión que consigue ser muy didáctico, ya que los aspectos técnicos están muy bien explicados para que cualquiera pueda entender cómo funciona un tornado y qué están haciendo los personajes, que se expresan con total claridad sin buscar el tecnicismo gratuito que demuestre cuanto saben sin que nadie se entere de lo que hablan. En ese aspecto se agradece la claridad de la información que aportan, que además está muy bien integrada en el conjunto de la trama. Se guarda un buen equilibrio entre el aspecto profesional y personal de los protagonistas, que se mantiene durante todo el metraje.

La película cuenta con espectaculares imágenes de tornados generados por ordenador, ritmo trepidante y un tono fresco, ameno, que hace que público de todas las edades la pueda disfrutar en cualquier momento. Un guiño cinéfilo para concluir: al artilugio que introducen en el tornado lo llaman Dorothy, como la protagonista de El mago de Oz, que se trasladaba al mágico mundo de Oz al ser absorbida precisamente por un tornado.

Enlace de interés: la escala de Fujita-Pearson para clasificar a los tornados.

Leer critica twister en Muchocine.net

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sábado, 7 de abril de 2012

Espías y conspiraciones en España


En los últimos años hemos visto a Hollywood situando sus intrigas internacionales de celuloide en nuestro país: un atentado contra el presidente de USA durante un acto en Salamanca, en Vantage point, o a Tom Cruise junto a Cameron Díaz correteando por Sevilla en Noche y día, incluso el superespía Jason Bourne tuvo un fugaz paso por Madrid en El ultimátum de Bourne, sin olvidar que en décadas pasadas el mismísimo agente 007 encarnado por Pierce Brosnan estuvo en Bilbao para el prólogo de El mundo nunca es suficiente (The world is not enough, 1999), y más atrás en el tiempo, con el rostro de Roger Moore, protagonizó una espectacular persecución entre olivos con un 2CV amarillo para la cinta Sólo para sus ojos (For your eyes only, 1981).

El director Mabrouk El Mechri, responsable de la aclamada JCVD, según algunos la mejor película de Jean-Claude van Damme, viene a rodar a España un thriller de acción con el sugerente título La fría luz del día (The cold light of day), que suena muy bien pero, sinceramente, tras el visionado del film no acabo de entender el por qué de este nombre. Un joven empresario estadounidense que pasa por un momento crítico de su negocio, viaja al Levante español a pasar unos días de vacaciones con su familia navegando en un velero. Su padre es un supuesto agregado cultural en la embajada, aunque pronto se revelará que en realidad es un agente de la CIA, y esto es motivo de que secuestren a la familia a causa de un misterioso maletín que alguien quiere recuperar.

Henry Cavill protagoniza la cinta corriendo y recibiendo golpes por doquier a lo largo y ancho de Madrid. Le secundan nada más y nada menos que Bruce Willis y Sigourney Weaver, y tendrá como compañeros de correrías a los españoles Verónica Echegui y Óscar Jaenada. Ritmo frenético, mucha pirotecnia, persecuciones en coche, música adecuada y una fotografía de luz fría y muy contrastada que le va muy bien a este tipo de película y al título que lleva la cinta. Además los exteriores son estupendos, tanto los que muestran lugares emblemáticos de Madrid como los espacios naturales de la costa levantina.

Los ingredientes son buenos pero el cocinero no lo es tanto. El director se queda corto tanto en la dirección de actores como en el apartado técnico. El montaje de las secuencias de acción es visualmente confuso, y los diálogos del guión están llenos de tópicos y clichés, lo cual tampoco ayuda mucho. Lo que podía haber sido una muy buena película de intriga y acción se queda en una más del montón, que cumple con su función de entretener durante hora y media, pero nada más. Se perciben destellos del potencial y las intenciones del director pero algo no cuadra y no acaba de cuajar el conjunto.

Personalmente me ha gustado, pero debo reconocer que esperaba algo más. Me quedó una sensación extraña, algo así como que "no es buena pero me gusta". Hay que reconocer que Henry Cavill le pone ganas y hace una esforzada interpretación, pero ni el guión le aporta un personaje bien trazado ni el director le ayuda a llevarlo más allá de lo que que hay sobre el papel. Se le ve solo ante el peligro, igual que su personaje en la trama conspiratoria. Por otra parte Bruce Willis despliega su carisma de gran estrella del género y Sigourney Weaver tiene sus más y sus menos. Otra veterana es Caroline Goodall, pero la verdad es que no tiene oportunidad de lucirse en absoluto.

En general se puede hablar de una película que podría haber dado más de sí y se ha quedado corta en sus posibilidades. Las hay mejores, cierto, pero también las hay peores.



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miércoles, 4 de abril de 2012

Clásicos de Semana Santa: La túnica sagrada


Como en años anteriores toca en estos días reseñar algún film de temática bíblica. El año pasado me fui a los años 70, pero ahora vuelvo a los grandes títulos de los Años Dorados de Hollywood. Ya nombré en su momento Ben-Hur, Los diez Mandamientos y Quo vadis? En esta ocasión quisiera rescatar La túnica sagrada (The Robe, 1953), de Henry Koster, responsable de títulos como El invisible Harvey, Desirée o La mujer del obispo.

La trama versa sobre la conversión al cristianismo del tribuno romano que comandó la crucifixión de Jesucristo. Richard Burton interpreta al susodicho militar del imperio, secundado por Victor Mature, en el rol del esclavo griego Demetrio, y Jean Simons, la chica de la película, una noble romana enamorada del protagonista y víctima del capricho del trastornado emperador Calígula.

La película goza de buenos diálogos, buenos actores y el glamour propio de las producciones hollywoodenses del momento. Recibió dos Oscar de la Academia en las categorías de Mejor Dirección Artística y Mejor Vestuario.

Un año después Delmer Daves dirigió una continuación titulada Demetrio y los gladiadores, con el propio Mature en el rol principal. Se puede hablar de spin off, ya que se trata de ver como protagonista a un personaje secundario de su predecesora, pero también es una secuela en toda regla, ya que comienza con la secuencia final de La túnica sagrada como prólogo, y a partir de ahí la historia continúa.